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El Parque Recreativo, la primera sala de cine de la isla de Tenerife

Antiguo Parque Recreativo de Santa Santa Cruz (Año 1910)
Antiguo Parque Recreativo de Santa Cruz, en la zona de Puerto Escondido. Autor: desconocido. Año: sobre 1910. Archivo: foto cedida por la Fundación para la Etnografía y el Desarrollo de la Artesanía de Canarias (FEDAC).

AGUSTÍN M. GONZÁLEZ | Santa Cruz de Tenerife

Apenas quedan cines de pueblo en la isla de Tenerife. Han desaparecido casi por completo, y la mayoría de los que quedan se han transformado en salas culturales o multiusos. Estos tiempos modernos, dominados por el auge de la televisión, el video, Internet y las nuevas tecnologías en general, han obligado a los cines tradicionales a convertirse en salas multicines, concentrados en las capitales o cabeceras de comarcas, encuadrados en los grandes centros comerciales tan en boga, para desgracia también del pequeño comercio. Es una consecuencia más de este progreso que todo lo cambia y lo devora cada vez con mayor rapidez.

Pero, sin duda, a pesar de todos los cambios y modernidades tecnológicas, lo cierto es que para disfrutar de una buena película no hay nada mejor que la pantalla panorámica de un cine de toda la vida, con sala oscura, butaca de escay y cotufas saladas. Esa magia del cine solo persiste en las salas y cuanto más antiguas mejor.

En Canarias la historia de las proyecciones cinematográficas es centenaria. Según relata el escritor Juan Arencibia en uno de sus libros, el palmero Miguel Brito introdujo el cinematógrafo en las Islas en 1898, con la proyección de la película Los siete pasos de Jesús en los bajos del edificio que ocupaba el Círculo Mercantil.

Pero el primer teatro-cine creado en Santa Cruz, y al aire libre, fue el Parque Recreativo que existió hasta 1973 en la zona de Puerto Escondido, entre las calles La Luna y Suárez Guerra, frente a la plaza del Patriotismo. Comenzó a construirse en 1905 y su capacidad de espectadores era la mayor de entre las salas de espectáculos de la capital tinerfeña. Tenía un gran patio que sirvió de escenario para multitud de celebraciones. Entre otros, fueron famosos sus multitudinarios bailes. El Parque Recreativo acogió cine, teatro, revista, circo, zarzuela, bailes, carnavales, etc. Su propietario, Ramón Baudet Grandy, fue uno de los mayores empresarios de espectáculos que hubo en Tenerife. El edificio fue proyectado por el arquitecto Antonio Pintor. Era una construcción ecléctica, de hierro y madera, muy bien decorada por el pintor Manuel López Ruiz. Se inauguró en 1906 como cine al aire libre. En realidad, el Parque Recreativo ofrecía sobre todo variedades y cine, una combinación que gustaba al público santacrucero. La distribución de sus asientos era muy variada, con cuatro diferentes tipos de localidades y de precios, además de 22 cómodos palcos. En este recinto al aire libre se estrenó en 1908 la película La vida y pasión de nuestro Señor, considerada la mejor de cuantas hasta entonces se había proyectado en Canarias.

Pasó a ser cubierto en 1912. Fue el primer local de Santa Cruz exclusivamente dedicado a albergar variedades y a proyectar películas. La reinauguración fue el 10 de abril del citado año y se ofreció al público asistente un número de variedades titulado La muñeca mecánica y películas de la casa Gaumont.

El singular edificio del antiguo Parque Recreativo de Santa Cruz se mantuvo en pie hasta 1973, año en que finalmente fue demolido. En su lugar se edificó la actual sede principal de CajaCanarias.