Preparados, listos…, ¡realidad!> Por Román Delgado

En la tierna, dulce y fría mañana de entresábanas de ayer…; en ese día en que el Sol no salió ni para advertir que ahí seguía, escondido tras las grises y altas nubes, tuve el apetito psicótico de entregarme con devoción a la relectura y repaso de la prensa acumulada este fin de semana y el lunes, en especial de los suples de economía.

Todo esto surgió de esa manera y no de otra porque uno es un olvidadizo y no tiene la solvencia técnica de quitar, antes de ir a mumú, el sonido al móvil. Así que entró la llamada de teléfono indeseada y ruidosa (de las que devuelven al dormido a la realidad de forma abrupta y con cara de asesino) que me sacó de la tierna, dulce y fría mañana de entresábanas. Gracias a este evento, pude hacer lo otro: leer y leer análisis y análisis sobre el tormento (excelente novela de Galdós) que vive, que padece, que ahoga a esta España antes con zapatos y hoy con cigarro puro.

Debido a ese lunes de tan mal inicio, pude hallar en las páginas de El País y de Abc, hasta donde llegó mi exploración, varios detalles de enorme interés que alumbran y agudizan cualquier reflexión sobre la crisis española, que, ya saben (y esto lo digo mucho), es mucha crisis. En El País de ayer, Joaquín Estefanía sirve su duro desencanto en un artículo titulado Contra toda esperanza, donde al hombre se le nota desanimado: “La sensibilidad de esta reforma laboral es la misma que la de una tanqueta del Ejército”.

¡Toma ya! Pero no es el único que torpedea el optimismo de tanto político amante de los brotes verdes o de “la luz al final del túnel”. Hay más y están en el Abc Empresa. Vean: Jordi Sevilla, exministro con Zapatero, que sostiene: “España necesita construir 200.000 o 300.000 pisos al año para volver a crecer”. ¿Se entiende, verdad? O Michael Pettis, otro economista que no da mucho aliento: con el camino elegido por España, al país le “quedan entre cinco y diez años de desempleo desorbitante”. Dicho esto, recomiendo que, si oyen a un político hablar de brotes verdes, ni caso. Será otra broma muy fea.

@gromandelgadog