VICENTE PÉREZ | Güímar

El Valle de Güímar atesora un sobrecogedor paisaje formado por un gigantesco deslizamiento del terreno, que fue también el origen de su hermano norteño, el de La Orotava. El montañero Federico Fariña, natural de Arafo, lleva años recorriendo los numerosos senderos que atraviesan esta comarca, cuyos valores divulga en su blog.

Consciente del atractivo paisajístico de esta zona, por la que paseaba hace cinco siglos el mencey guanche Acaymo, Fariña propone aprovechar la red de caminos tradicionales para crear una ruta senderista de circunvalación del valle, que pasaría por los tres municipios (Arafo, Güímar y Candelaria), iniciativa en la que podrían participar los tres ayuntamientos con un fin común: arreglar los caminos, señalizarlos y luego darlos a conocer para atraer a senderistas a la comarca, con el consiguiente beneficio económico que ello supondría.

“El recorrido combina la historia cultural de los tres municipios, visitando lugares emblemáticos, y con altos valores paisajísticos en las medianías y cumbres, incluyendo una pequeña incursión en el Parque Nacional”, explica este funcionario del Estado, a quien, a sus 50 años, le ilusiona crear una empresa de senderismo, aunque asegura que está dispuesto a asesorar de forma altruista a los ayuntamientos si abrazaran su propuesta. Fariña explica que esta ruta se puede realizar en la dirección que se crea conveniente, incluyendo la costa, en cuyas playas de Chimisay apareció la imagen de la Virgen de Candelaria ante los guanches. El trazado que propone parte desde el casco de Arafo, que se une con el de Güímar por el antiguo Camino Viejo. Una vez se cruza el barrio de Fátima, se llega al casco güimarero. Luego por el camino real del Sur los senderistas se dirigirían a la Ladera de Güímar y continuarían por el camino de Anocheza para culminar una larga subida en las Piedras del Mal Abrigo, dentro del Parque Nacional. Desde allí se pueden observar majestuosos paisajes de los dos valles, el de La Orotava y el de Güímar. Después los caminantes coronarían la montaña de Ayosa y el risco de Ayesa, dos cimas con vistas impresionantes, para más tarde visitar los miradores de Chipeque y Chimage, y continuar descendiendo por montaña Izmaña hasta llegar a la Choza de la Loca. Allí tomarían la pista forestal de Boca del Valle desviándose hacia la cresta de Aray, por donde se desciende hasta el caserío de Araya, desde el cual, por senderos homologados, se pasa por los barrios de Malpaís y Las Cuevecitas, hasta terminar de nuevo en Arafo.

Se trata, según Fariña, de poner en valor la red de caminos antiguos. “Candelaria ha logrado homologar, señalizar y difundir muchos y hacerlos aptos y seguros para el senderismo; en Güímar hay varios señalizados, como la ruta del Agua en San Juan; el Malpaís y el camino real del Sur”. En Arafo, este montañero cree necesario dar algún tipo de catalogación oficial al conocido camino de los Romeros, que parte desde La Crucita y es desde tiempos remotos usado por los habitantes del Norte para ir al santuario de Candelaria.

A Fariña le gusta caminar en soledad, acompañado por un paisaje que le emociona, y donde vive el milagro de la paz interior.

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Algunos caminos

Piedra-Añavingo (Arafo). Desde la Piedra del Barranco se inicia el recorrido por Viñas Viejas; luego asciende por el Lomo de Abarzo y desciende hasta terminar en el Santuario de San Agustín.

Piedra-Ayesa (Arafo). Desde Piedra del Barranco, el camino va hacia El Pinalete, para continuar por el Camino de los Romeros que sube por el monteverde hasta el refugio de Las Arenas.

Piedra-Los Huecos. Discurre por el Camino de la Fuente, bordeando el barranco de Piedra Cumplida, hasta el monte de Los Frailes y luego sube cerca del borde del barranco de Los Eres.

San Juan (Güímar)-Izaña. Desde la ermita de San Juan se inicia la Ruta del Agua, señalizada, que asciende hasta La Hidro; por el Lomo el Pico y una de las vertientes del barranco de Badajoz. Termina en las Piedras del Mal Abrigo, junto a Izaña.

Las Ventanas (Güímar). Comienza cerca de la montaña de Anocheza y se adentra por las vertientes escarpadas de la Ladera de Anocheza y Badajoz. Discurre junto a un canal situado a 1.000 metros sobre el nivel del mar que se interna en el risco mediante túneles horadados en la montaña. Impresionante y vertiginosa imagen de la llamada Fuga de los Cuatro Reales. Esta ruta es peligrosa y requiere una intervención para adecuarla al paso de senderistas.

Arguama-Cueva Horno. Desde el Caserío de Igueste se asciende por una pista asfaltada por el borde del barranco de Araca. Luego se sube en zigzag hacia la Degollada de Arguama para terminar el Pico de Arguama.

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