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“Superado el ‘boom’ de la comida rápida, ahora vivimos el ‘boom’ de la noticia rápida”

Por INMA MARTOS

Marta Casanova posa en el parque García y Sanabria. | DA

-Hace años que trabaja para el gabinete de prensa del Cabildo, ¿qué recuerda de su etapa como periodista de calle?
“Tuve la suerte de vivir una etapa única que coincidió con el nacimiento de las televisiones locales, primero en Radio Tv 21, bajo la dirección de Juan Carlos Moreno y luego en Canal 7 con Paco Padrón. Ambos nos contagiaron la pasión por hacer una televisión cercana a la gente que revolucionó el panorama mediático insular. Contábamos los acontecimientos que les ocurrían a nuestros vecinos y esto era algo totalmente nuevo. Recuerdo, por ejemplo, la experiencia vivida en Tele 21 con la retransmisión del gran incendio del verano de 1995 en los montes de La Victoria. Durante casi cinco días emitimos en directo todo lo que estaba sucediendo y lo hicimos con escasos medios técnicos pero con un gran entusiasmo”.

-¿Cómo ve el trabajo de sus colegas de los medios de comunicación desde la perspectiva de la institución?
“Hay excelentes profesionales, aunque la situación actual de los medios es muy complicada y la falta de personal hace que los que están trabajando tengan que cubrir ese hueco. Me consta que muchas veces no pueden dedicar el tiempo que requiere un correcto tratamiento de la información”.

-¿Cree que los gabinetes de prensa merman las contrataciones en las empresas periodísticas porque facilitan el trabajo a los profesionales?
“Desde los gabinetes de prensa y en mi caso, desde el del Cabildo de Tenerife, tratamos de facilitar la labor a los profesionales de los medios desde el conocimiento de la profesión y de sus propias necesidades en cuanto a la inmediatez de la información que suministramos o el contenido, entre otras cosas. Somos, ante todo, periodistas y como tales debemos hacer ver a los propios políticos la importancia que supone informar y dar a conocer las actuaciones que se llevan a cabo desde la Institución con total transparencia y sin ningún tipo de hermetismo. Pero para ello necesitamos también en los medios de comunicación profesionales capaces de valorar las noticias que les llegan de muchas fuentes, capaces de hacer buenas entrevistas y de llevar un seguimiento de los temas, por encima de intereses empresariales”.

-¿Qué es lo más complicado de su trabajo?
“Convocar una rueda de prensa y que no venga ningún medio. Es en ese momento, en el que te conviertes en el centro de todas las miradas, cuando me encantaría desaparecer (risas). Ahora en serio, lo más complicado es tratar con personas que consideran que estás en este puesto a dedo y que tu única misión es la de vender al político de turno a toda costa y sin ningún tipo de criterio. En mi caso, te aseguro que me resultaría imposible trabajar con personas que no se merecieran ocupar el cargo público que tienen. Por otra parte, en estos momentos de descrédito hacia la clase política resulta también muy difícil hacer comprender a la gente que entre los políticos, como entre los periodistas, también hay gente honrada que merece toda nuestra admiración y que se curran su puesto para mejorar esta tierra y el futuro de nuestros hijos en unos momentos muy complicados como los que vivimos. Te aseguro que yo conozco a unos cuantos.”

-¿Cree que los periodistas nos quejamos mucho de nuestra situación y no ponemos los medios para innovar y adaptarnos al mercado?
“Creo que la queja es totalmente justificada porque estamos viviendo un intrusismo profesional como jamás se había producido. Las redes sociales han traído muchas oportunidades para esta profesión pero también han provocado que cualquiera pueda creerse periodista. Las redes sociales no tienen en cuenta aquellas reglas que nos enseñaron en la facultad sobre la necesidad de contrastar la información, verificar las fuentes o, simplemente, cuidar el mensaje. Una vez superado el boom de la comida rápida ahora vivimos el boom de la noticia rápida sin apenas tiempo para el análisis. Vivimos por y para dar la primicia a toda costa”.

-Si no hubiera sido periodista, ¿a qué le hubiera gustado dedicarse?
“Me costó tanto convencer a mis padres para que me dejaran estudiar periodismo que nunca me lo he planteado. El día que por fin cogí el avión para ir a Madrid, mi padre no fue a despedirme al aeropuerto aunque creo que ahora no estaría tan disgustado”.

-¿Como mujer, cree que existen diferencias en los medios de comunicación en cuanto al género?
“Creo que muchas veces somos las propias mujeres las que generamos esas diferencias en el trato con otras mujeres, pero esto ocurre en todas las profesiones y quizás se deba a esa necesidad de superación que nos exigimos al no ser consideradas de la misma manera que los hombres”.

-Los horarios en esta profesión son muchas veces difíciles de compaginar con la vida personal y la familia. ¿Ha de ser así o se pueden buscar fórmulas para hacerlos compatibles?
“Mi fórmula particular, que seguramente no es la mejor, es restar horas de sueño porque considero que no puedo quitarle tiempo a mi familia que realmente es la que al final sufre las consecuencias de un mal día. Resulta muy complicado cumplir con todo y salir airosa. Admiro profundamente a las mujeres que lo logran, yo lo intento pero me pesan las ojeras”.

-¿Tiene pensado volver a los medios?
“Desde que entré en el Cabildo de Tenerife he tenido claro que este puesto es transitorio y por tanto estoy totalmente mentalizada desde el primer día. Por supuesto que volvería a los medios, pero la gente joven viene con fuerza”.

-¿Dónde está el futuro de la profesión?
“En la capacidad de adaptarse a los nuevos tiempos, y los jóvenes estudiantes de periodismo están cada vez más preparados y con más recursos”.