POR JUANCA ROMERO HASMEN
Precisamente en el día de hoy, se cumplen 11 años desde que los ciudadanos del mundo cambiamos a la fuerza nuestra percepción de la seguridad global y empezamos a ser consciente de los innumerables puntos débiles que envuelven a la sociedad occidental. No son pocas las ocasiones en las que he intervenido en programas de radio y de televisión para abordar el expediente de los atentados sobre intereses norteamericanos acontecidos el 11 de septiembre del año 2001, y en todas esas ocasiones ha aparecido una pregunta insalvable: ¿qué pasó realmente en EE.UU. aquel día? Parece cuando menos llamativo que a pesar de las miles y miles de horas de informaciones publicadas, en las que se apunta a la clara autoría por parte de terroristas integrados en la organización Al-Qaeda, bajo el mandato del líder islamista Osama Bin Laden, siga existiendo la duda sobre si fue real esta autoría. ¿Existe la posibilidad de que la realidad sea otra muy distinta a la oficial? Hagamos un breve repaso sobre los acontecimientos para seguidamente adentrarnos en las teorías de la conspiración que muchos ya enarbolaban desde el mismo instante en el que comenzó el mayor atentado terrorista de la Historia. A través del secuestro de aviones de línea y utilizándolos como proyectiles, los terroristas, impactaron contra objetivos estratégicos -World Trade Center y el complejo del Pentágono-, causando cerca de 3.000 víctimas mortales y un total de 6.000 heridos. En cuanto a los daños en infraestructuras, los atentados acabaron con las dos torres del World Trade Center, conocidas como Torres Gemelas, de forma indirecta se derrumbaron otros edificios colindantes, y causaron cuantiosos e importantes daños en el Pentágono. Se sabe que fueron perpetrados por un total de diecinueve miembros de la red yihadista Al-Qaeda, divididos en cuatro grupos de terroristas y teniendo en cada uno de ellos a un piloto perfectamente preparado para hacer volar un avión y dirigirlo hacia su destino. En poco menos de hora y media se producen todos los atentados; primero uno de los aviones impacta contra la Torre Norte del WTC (8.46 hora local).
La segunda de las torres sufre el impacto 17 minutos después (09:03 hora local). Con el estado de alerta declarado la ciudad de Nueva York, se recibe la notificación del impacto de otro avión contra el Pentágono -sede del Departamento de Defensa de los Estados Unidos- 34 minutos después (9.37 hora local). El cuarto avión secuestrado cae en campo abierto en Pensilvania tras una fuerte lucha entre secuestradores y pasajeros de la aeronave (10.03 hora local). Aquellos atentados marcaron el punto de partida para la lucha contra el terrorismo internacional, desembocando en guerras como la segunda en el Golfo Pérsico (Irak) y Afganistán. Una vez hecho el resumen de aquellos trágicos hechos, vamos a dar paso a los postulados de la conspiración, no por ellos sumidos por completo en la irracionalidad y defendidos incluso por parte de algunos grandes historiadores e incluso políticos de los EE.UU. y de otras nacionalidades. ¿Cómo pudo ocurrir algo así en el país más poderoso del mundo? A partir de la insatisfacción de algunos familiares de las víctimas del 11 de septiembre, empezaron a buscar respuestas y a fabricar sus propias explicaciones sobre lo ocurrido. Comienzan a surgir grupos como el “Movimiento de la Verdad”, que asegura que aquellos atentados fueron una “operación de bandera falsa”, o lo que es lo mismo, una maniobra secreta orquestada por un sector del gobierno de los EE.UU. para relanzar la popularidad de George W. Bush y justificar de este modo las guerras venideras, algo que según estas teorías, contentan notablemente a los mantenedores de la industria armamentística que por otra parte, es una de las que más dinero aportó en la carrera por la presidencia del pequeño de los Bush. Y resulta llamativo ver como el 36% de los estadounidenses considera probable que el gobierno hubiese permitido u organizado los ataques terroristas (datos obtenidos de una encuesta realizada por Scripps Howard-2006). En otra encuesta realizada en 2008 por World Public Opinion en una veintena de países, señalaba que el 15% de los encuestados creía que el gobierno de los EE.UU. era responsable de aquellos atentados.
Siguiendo con estos postulados conspirativos, podemos destacar dos posibilidades: que el gobierno norteamericano no organizó los ataques pero aún sabiendo de su preparación, no hizo nada por evitarlos por conveniencia (justificaría las guerras posteriores), y la otra posibilidad es la que señala al gobierno como organizador y responsable. Y de este modo surgen cientos de preguntas en torno a esta posibilidad: ¿Por qué no fueron interceptados y derribados los aviones secuestrados? ¿Por qué cayeron estrepitosamente y tan rápido las dos torres del World Trade Center, si los impactos y posteriores incendios se produjeron en algunos pisos y se extinguieron al cabo de un par de horas? (no se conocen rascacielos que hayan sucumbido y desplomado verticalmente a raíz de un incendio) ¿Realmente está preparado un piloto aficionado para pilotar un avión de línea, sobrevolarlo a esa altura y dirigirlo de forma quirúrgica contra los objetivos? Resulta llamativo ver los movimientos en la Bolsa de Valores días antes; curiosamente se colocaron un número importante de opciones en las acciones de United Airlines y American Airlines… ¿se conocía lo que estaba por ocurrir desde la autoridad económica o simplemente responde a una llamativa coincidencia? Existen documentos desclasificados del Archivo de Seguridad Nacional de los EE.UU. que revelan que el gobierno de George Bush tenía planeada una guerra contra Irak desde al menos nueve meses antes de los ataques terroristas que según sabemos de forma oficial, fueron los que desencadenaron la guerra contra Afganistán y posteriormente contra Irak.
Está demostrado -y en las hemerotecas se puede consultar- que el Pentágono estaba por aquellos días bajo la lupa inquisitorial de los ciudadanos tras conocerse la existencia de un importante agujero económico de más de dos billones de dólares en sus arcas, agujero que quedó “olvidado” y notablemente ampliado tras los atentados acontecidos apenas unos días después. Una curiosidad: En 1995, en su juego de cartas Illuminati New World Order, Steve Jackson predice el ataque terrorista a las Torres Gemelas y al Pentágono en sus dos cartas correspondientes.
No deberíamos tirarnos de los pelos al escuchar postulados en este sentido. Los Estados Unidos arrastran antecedentes que merece la pena no olvidar; Es conocido que en 1983, Donal Rumsfeld se reunió con Sadam Hussein y ayudó al gobierno iraquí a conseguir armas biológicas para ser utilizadas contra los kurdos. Hay que ver como son las cosas, que años después los EE.UU. invadirían Irak para buscar esas mismas armas.
El gobierno norteamericano compensa a los ciudadanos judíos -motor económico de los EE.UU.-, colaborando armamentísticamente, mirando para otro lado frente a los exterminios sistemáticos contra el pueblo palestino, y “barriendo” las amenazas limítrofes con Israel.
Llegados a este punto, deberíamos hacernos de nuevo la impertinente pregunta: ¿pudo tener algo que ver el gobierno de George Bush con los atentados del 11 de septiembre de 2001? Sólo el tiempo lo dirá… si realmente quiere decirlo.