EFE | Barcelona
Un falso revisor del gas que aprovechaba para robar joyas en una casa de Vilassar de Dalt (Barcelona) fue detenido gracias a la actuación de su víctima, una señora mayor que, cuando se dio cuenta de lo que sucedía, le encerró con llave en la vivienda y llamó a la policía.
Así lo explican hoy los Mossos d’Esquadra en un comunicado, en el que informan de la detención del falso revisor del gas, así como de un compinche que le acompañaba, como presuntos autores de un delito de estafa y hurto.
Los detenidos son Carlos Javier A.S., de 26 años, cubano y vecino de Montcada i Reixac (Barcelona), y José P.D., de 37 años, español y vecino de l’Hospitalet de Llobregat (Barcelona).
Los hechos sucedieron el pasado día 19 de este mes cuando la Policía Local de Vilassar de Dalt (Barcelona) recibió una llamada de una anciana que decía haber sido víctima de un robo en su casa y que retenía a uno de los presuntos autores del hecho en su casa.
La mujer explicó a los agentes que acudieron a su domicilio que los dos hombres habían llamado a su timbre indicando que eran trabajadores de la empresa del gas y que tenían que hacer una revisión en su casa.
Los dos individuos llevaban una tarjeta identificativa que supuestamente les acreditaba como revisores del gas y la mujer les dejó entrar, aunque sospechó de ellos, según explicó a la policía.
Después de realizar una supuesta revisión de la caldera, de los radiadores y otros aparatos, los individuos hicieron firmar unos papeles en formato factura a la anciana, a la que dijeron que ya lo rellenarían debidamente una vez firmado.
La propietaria perdió entonces de vista a uno de los supuestos revisores y, poco después, lo vio bajando por las escaleras de la casa y comprobó que en una de las habitaciones las puertas del armario estaban abiertas y le faltaban varias joyas.
La mujer decidió entonces retener a los individuos cerrando la puerta de la casa y avisar a la policía, aunque uno de ellos consiguió huir, pero fue detenido más tarde cuando se presentó en las dependencias policiales para pedir información sobre su compañero.
Los dos hombres, que tenían denuncias previas por estafas e intrusismo profesional, pasaron a disposición judicial ante el Juzgado de Instrucción en funciones de guardia de Mataró (Barcelona), que decretó su libertad con cargos.