¡Chas viría! El Hierro merece conexiones mejores por mar y aire
El veto de los tres diputados herreños a la aprobación de las enmiendas de los presupuestos de la Consejería de Obras Públicas y Transportes del Gobierno de Canarias no deja de ser -como fue en su día el de los diputados gomeros-, una llamada de atención, habida cuenta de que su eficacia se limita a facilitar otras 24 horas para la negociación y es de uso único. Pero esa llamada de atención está justificada, habida cuenta los graves problemas de comunicación que sufre actualmente la Isla del Meridiano, la más lejana de este Archipiélago tan lejano que tiene la consideración de ultraperiférico, al menos en la Unión Europea. Si los canarios queremos presumir de ser un solo pueblo, a pesar de las dificultades que nuestra tierra presenta para ello, hay que empezar por ayudar al que más sufre un problema que, hoy día, afecta a todos los del Archipiélago.
¡Chas viría! (y 2) Cifras de la Delegación sobre la inmigración laboral
La delegada del Gobierno, María del Carmen Hernández Bento, ha tenido a bien rebatir (sin citarlo) al presidente autonómico, Paulino Rivero, a cuenta de la inmigración laboral y sus efectos sobre las tasas de paro en las Islas. En el comunicado en cuestión se detalla que en lo que va de año se han otorgado solamente 136 autorizaciones de trabajo a ciudadanos extracomunitarios. Y existen otras 943 que son por reagrupación familiar, lo que no quiere decir que necesariamente vayan a incorporarse al mercado laboral. Apuntado lo cual, me remito a la cifra dada por el prestigioso biólogo Antonio Machado Carrillo, ajeno a la lucha partidista y del que nunca olvidaré que cifró hace años en medio millón el número de habitantes máximo para un desarrollo sostenible de este territorio. E insisto: si Cataluña o País Vasco cuentan con medidas prácticas de control poblacional a través del idioma (limita acceso a cargos públicos, por poner un ejemplo), Canarias requiere de ellas más.