Sin complejos>

Constelación planetaria sobre Canarias> Por Fernando Fernández

Aquella joya del zapaterismo disfruta ahora de 150.000 euros anuales como asesora de algo panamericano relacionado con la salud, de lo que, como se sabe, es una reputada especialista. Algo no distinto en saber y salario del que disfruta aquella otra joya, Bibiana Aído, que se pasea por la Quinta Avenida neoyorkina, dada a la buena vida con nuestros impuestos. En algo acertó la Pajín cuando habló de una gran constelación planetaria. Erró en el tiempo, en el lugar y en las circunstancias, pero tampoco se pueden pedir peras al olmo.

Se refería sin duda a estas islas y al tiempo presente que nos acongoja. Uno debería pensar que en medio de esta crisis económica y social, la más grave padecida en las islas desde la crisis del cultivo de la cochinilla, los políticos estarían todas a una, como una piña, empujando en la misma dirección para lograr salir a flote. Sí, ya sé que aquella idea del gobierno de concentración que propuse hace tres años, cuando hablaba de lo que se nos venía encima, mientras don Paulino Rivero anunciaba la creación de 80.000 nuevos puestos de trabajo y que seríamos los primeros en salir de la crisis; aquella idea mía era una gilipollez, en acertado juicio de un líder nacionalista, por llamarlo de manera respetuosa. Los líderes de los tres partidos con quienes hablé entonces, con motivos y palabras diferentes, eligieron otras opciones.

Ahora el PP se muestra dispuesto a apoyar un gobierno, cualquiera en el que no esté don Paulino. ¡A buenas horas! Eso mismo sugerí a Soria, cuando aún era vicepresidente del gobierno regional. Los dirigentes socialistas, si así pueden ser llamados, ofrecen el espectáculo de una pelea de quíqueres. Su cabeza mejor amueblada, don Julio Pérez, abandonó el barco, dimitió y se fue a casa sin dar una explicación creíble. Ahora la residual tropa socialista dirime sus diferencias en la prensa, en una refriega de todos contra todos. Hasta al bueno del señor Spínola sus propias huestes han exigido que dimita y abandone el Gobierno. Qué decir del circo organizado en Coalición Canaria. Su dirigente señor Barragán, por llamarlo de manera también respetuosa, solemniza sus miserias políticas y dice que con el chantaje de un veto no negocia ni con los suyos. ¡Toma del frasco! Desde el Cabildo de Tenerife, su presidente señor Melchor protagonizó un show hilarante y pidió a los diputados por Tenerife, incluidos los de ATI, su partido, que veten la aprobación del presupuesto del Gobierno regional que ellos mismos presiden. Lo mismo dijo AHI desde El Hierro, aunque estos no se sabe bien dónde están, si es que alguna vez estuvieron. El alcalde lagunero, señor Clavijo, echa mojo picón a este potaje para darle un toque de sabor nacionalista. La llamada Coalición Canaria está partida y desde la siempre pacífica API palmera, por no llamarlos de otra forma, hacen sonar sus tambores. Más ruido que otra cosa. Mientras, el señor Rivero amenaza con convertirnos en un problema de Estado. Si Arturo Mas se ha disfrazado de Ibarreche, Elfidio y Los Sabandeños deberían cubrir a nuestro presidente con una manta esperancera para protegerle del frío de los altos de El Sauzal, unos predios de donde nunca debió haber salido.

La gran constelación anunciada por la Pajín la tenemos ya aquí. Todo muy ejemplar, una medicina estimulante para animar a los canarios que esperamos la llegada de la Navidad. Qué sería de nosotros sin el buen ejemplo de nuestros políticos. Luego se quejan si las encuestas del CIS nos informan de su baja reputación.