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Correo ‘anonimus’> Por Blanca Delia García

Hasta en eso son distintos los políticos. Parecen o dicen ser como el resto de los mortales, pero en verdad no lo son o han dejado de serlo.

Nacieron y se morirán como todos, es verdad, pero al entrar en política la gran mayoría parece olvidarse de ello. Solo ese olvido explica determinados procedimientos, y el olvido, ya se sabe, es una enfermedad muy peligrosa.

A mi abuela un día se le olvidó quién era y quiénes eran sus hijos. Ella decidió alejarse de este mundo cuando murió mi abuelo y entonces le diagnosticaron alzhéimer, pero esa es otra historia, que solo tiene en común con esta lo peligroso que resulta el olvido.

Poco a poco mi abuela se fue aislando y ya no está con nosotros, que desgraciadamente la perdimos, pero tenemos que seguir soportando a políticos que se olvidaron de ser personas.
Y es así que se deja sin atención médica a miles de enfermos, se eliminan las opciones de estudios a buena parte de la sociedad o simplemente se acude a un encuentro convocado por un correo electrónico anónimo.

El común de los mortales ni siquiera abriría un correo anónimo, pero ellos ya no son como el común de los mortales, aunque en su defensa aleguen serlo.

El diputado del PP Santiago Cervera acudió a recoger, según su versión, un sobre con “documentación de relevancia judicial” sobre asuntos relativos a Caja Navarra que le había ofrecido un correo anónimo.

Sin embargo, en el lugar de la cita -bastante despoblado, por cierto- se encontró a la guardia civil esperándole, ya que ese era también el lugar en el que otro anónimo había exigido al presidente de la entidad financiera que depositara un sobre con 25.000 euros para no hacer pública cierta información comprometida.

Santiago Cervera, que ha sido concejal, consejero del Gobierno de Navarra, senador y diputado, e incluso se habló de él como candidato a entrar en el Gobierno de Mariano Rajoy, como ministro de Sanidad, fue detenido y dimitió 24 horas después.

En sus explicaciones argumenta que deja el cargo público para poder defenderse ante la jurisdicción ordinaria y ser juzgado como un ciudadano más -ya hemos dicho que los políticos dejan de serlo en cuanto se convierten-, además de no perjudicar al PP, pues se dice “una víctima”.

Señor Cervera y señores políticos todos, más les valdría dejar de tomarnos por tontos y tener siempre presente el sabio refranero que tanto le gustaba a mi abuela, y en el que hay frases tan clarificadoras como la que dice que “con las glorias se olvidan las memorias”, pero también advertencias como que “al desagradecido, desprecio y olvido”.