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Un ejemplo – Por Francisco Pomares

Somos un ejemplo para España, ha dicho el presidente Rivero, porque vamos mejor y avanzamos más rápido que el resto de España hacia el fin de la recesión económica. A Rivero le emociona que tanto la Fundación de las Cajas de Ahorros, como el servicio de estudios del BBVA o Hispalink, de la Fundación del ICO, coincidan en situar a Canarias entre las cuatro comunidades españolas con menos disminución en el PIB. Es cierto que seguimos con una pérdida del 0,7% este año, a la que hay que sumar el 1,1 que ya perdimos en 2011, pero nuestra economía va mejor que (o no va tan mal como) la del conjunto del territorio español. Y es que el turismo hace milagros en el PIB, sin duda. Gracias al turismo europeo, la economía de Canarias amortigua el golpe de la recesión, situando la que nosotros padecemos algo así como medio punto por debajo de la que padece España. El turismo ha logrado que nuestra economía se vaya a hacer gárgaras más despacio que en otras regiones. Pero incluso con una economía que marcha mejor que la del resto del país, Canarias mantiene el mayor porcentaje de paro del país. En eso no somos un ejemplo. Tampoco lo somos en otras muchas cuestiones que no dependen del turismo, sino de nosotros mismos: hace años que a lo de encabezar el paro, se suma el sufrir uno de los mayores niveles de pobreza de España. Y el tener los salarios más bajos de todo el país. ¿Por qué cobramos menos que el resto de los españoles y somos más pobres si nuestra economía va mejor que la de otras regiones? Quizá porque en materia de retorno de recursos a la sociedad, de distribución proporcional de la riqueza y de lucha contra la desigualdad social estamos pero que muy lejos de ser ejemplares.

Una muestra: en Canarias tributamos el 40% de lo que se tributa de media en España. Algo tienen que ver las exenciones fiscales a las empresas. Con una economía tan estupenda como la nuestra, aquí no pagan impuestos más que los que no tienen otro remedio, es decir las clases medias, los empleados por cuenta ajena y los funcionarios. No somos ejemplo en responsabilidad fiscal. Y tampoco en formación. Encabezamos los ratios de fracaso escolar, de marginalidad social, de analfabetismo, de embarazos no deseados en adolescentes, de abortos, de consumo de drogas, de carencias alimentarias, de desestructuración familiar…, acumulamos ratios propios de una sociedad tercermundista, con una economía que no lo es, porque en los últimas dos décadas nadie ha hecho el esfuerzo de cambiar realmente esta sociedad. Sólo somos un ejemplo en mirarnos el ombligo y culpar a los demás de nuestros problemas.