a babor > Francisco Pomares

Estrategias – Por Francisco Pomares

El presidente Rivero ha anunciado un nuevo plan especial de crecimiento y de empleo que contará con unos 2.800 millones de euros, que piensa sacar al Banco Europeo de Inversiones, al Instituto de Crédito Oficial y a la propia Comunidad Autónoma, que no tiene un duro que poner, pero establecerá un cuadro de incentivos a la inversión. El plan -el tercero o cuarto enunciado por Rivero desde que es responsable directo del departamento de Turismo, es decir, desde que el Partido Popular abandonó el Gobierno en la pasada legislatura, hace poco más de dos años-, se basa en la rehabilitación y renovación del sector turístico, esfuerzo melancólico donde los haya, al que llevamos encomendando la superación de la crisis desde hace años. Cree el presidente, que es un tipo que no se rinde jamás ante la adversidad, que un plan de estas características tiene “muchos efectos y reflejos” en la economía canaria, y está convencido de que esta vez va en serio, que esta vez va a funcionar y logrará implicar en las Islas a todos los sectores económicos, dado que en la nueva estrategia participarán -según Rivero- el sector del transporte, los arquitectos, los aparejadores, los comerciantes, las energías renovables, la producción agroalimentaria y supongo que también los carteros y las chicas de alterne, aunque eso Rivero no lo dice.

Un colega mío que es arquitecto y lleva tres años asaltando cajeros automáticos con una media puesta en la cabeza, me ha comentado que el anuncio de la nueva estrategia presidencial lo ha hecho muy feliz. No es que mi colega coleccione estrategias de Rivero, como otros coleccionan cromos, sellos o monedas inservibles. Es que se lo ha creído. Yo no soy tan optimista como mi amigo: sospecho que la nueva estrategia de rehabilitación turística nos va a llevar al mismo exacto lugar donde nos dejó la propuesta de 80.000 nuevos puestos de trabajo, por ejemplo. Claro que, mientras, Rivero ya ha anunciado que se va a Bruselas a reunirse con Joaquín Almunia y con el comisario de Empleo, László Andor, a los que va a soltarles el discurso y pedirles cuartos. Antes de irse a Bruselas (o después, no estoy seguro), Rivero quiere reunirse con los agentes sociales y económicos del Archipiélago, ya saben, la banda de sospechosos habituales que acompaña al presidente en sus presentaciones, para ponerlos al corriente del nuevo proyecto. De momento, ya lo ha anunciado, aunque es verdad que le faltan aún algunos detallitos sin importancia como la letra pequeña, la ficha financiera, el objetivo previsto y la música bailable.

Hay formas de hacer política que promueven el cinismo.