TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

La Dirección General de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias tiene abiertos una treintena de expedientes en su afán de cobrar una tasa que mitigue el coste de los rescates originados por imprudencia, negligencia o por mera práctica de actividades de riesgo.

Como quiera que dicha tasa entró en vigor el pasado 1 de julio, ello supone una media de cinco rescates al mes susceptibles de ser gravados, aunque ninguno de los expedientes ha devenido aún en exigencia de cobro.

LOS QUE MÁS

Es precisamente un deporte de riesgo quien lidera hasta ahora el dudoso honor de ser el que mayor número de expedientes ha originado: el vuelo con parapente.

Tal circunstancia está en consonancia con las denuncian que sistemáticamente elevan a la opinión pública los practicantes habituales de dicha actividad, que achacan la alta siniestralidad que tiene el parapentismo al elevado número de aficionados primerizos que toman riesgos innecesarios, incumplen los mínimos requisitos de seguridad o sencillamente desconocen aspectos propios de la orografía insular que resultan imprescindibles en esta práctica, como por ejemplo es el peligro que tienen los barrancos para la misma.

A este respecto, los habituales del parapente recuerdan siempre la necesidad de que se asesore debidamente a los turistas que solicitan esta práctica, ya que no es raro comprobar que son extranjeros muchos de los accidentados.

Según las fuentes oficiales consultadas, las actividades de montaña y las acuáticas son los otros dos grandes bloques que destacan por su número en esa treintena de expedientes abiertos, aunque en ambos priman sobre todo las imprudencias y las negligencias.

LOS PRIMEROS CANDIDATOS

No en balde, uno de los principales candidatos a ocupar el dudoso honor de ser el primero al que se le exija la tasa es un varón de nacionalidad extranjera que acabó a la deriva en una colchoneta la tarde del pasado 7 de julio con su hija de 6 años a bordo en Pájara (Fuerteventura).

Felizmente, Protección Civil los salvó a una milla de la costa, y la pequeña presentó un leve cuadro de hipotermia, aunque ahora se le podrían reclamar cerca de 1.000 euros.

Para el cálculo de la cantidad en cuestión hay que tener en cuenta que el rescate de padre e hija (y de otro adulto que intentó ayudarles y acabó también a la deriva en la colchoneta) duró algo menos de tres horas, y que para el mismo se activó una embarcación (300 euros/hora) y una ambulancia (40/ hora). Además, por cada miembro del Grupo de Emergencias y Seguridad que interviene se pagan 36 euros por hora.

Estos precios están marcados en el artículo 175 de la Ley 4/2012 de Medidas Administrativas y Fiscales del Gobierno canario, Al ser el número de rescatados inferior a 6, el tope máximo que podría exigirse es 6.000 euros.

ASÍ ES EL TRÁMITE

El expediente para cobrar esta tasa, creada a semejanza de la existente en otras comunidades autónomas e impulsada desde la llegada de Juan Manuel Santana al frente de la Dirección General, se inicia cuando alguno de los servicios actuantes (Grupo de Emergencias y Salvamento, policía local, etc.) eleva un informe al entender que el servicio de rescate prestado se encuadra entre los susceptibles de ser gravados por los motivos anteriormente detallados.

El Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad también tiene voz en el asunto, que termina de sustanciarse por la propia Dirección General, que emplaza al afectado y finalmente decide. El hecho de que la seguridad se encuadra en esta legislatura dentro de la Consejería de Hacienda facilita la fase final.

ES HEREDITARIA

Por último, cabe recordar que esta tasa es hereditaria en los casos en que el rescatado fallezca durante su rescate o como consecuencia de las lesiones sufridas, según consta en la Ley 4/2012, de 25 de junio, de medidas administrativas y fiscales.

Tan singular medida obedece a lo dispuesto en la legislación general tributaria vigente en nuestro país, y sólo quedarán excluidos de semejante herencia los supuestos en los que haya responsables solidarios, sustitución del sujeto pasivo o, como ya se desprende del texto anterior, que el fallecimiento se produzca antes del rescate en cuestión.

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LOS CASOS MÁS DISPARATADOS QUE SE RECUERDAN

El alemán del agujero. Fue en El Arenal (La Laguna), febrero de 2010. Un joven de 20 años Empezó a escarbar y excavó tal agujero que se derrumbó y quedó atrapado. Hasta se movilizaron medios aéreos.

El Atlántico a pedales. Salieron de Mogán rumbo a Port St. Charles (Barbados). De las 2.602 millas náuticas previstas, apenas cubrieron 40. Pagaron unos 3.000 euros por las normas marítimas internacionales.

Avalancha de grancanarios a la primera nieve. Poco acostumbrados que otros isleños, la nevada de 2011 atrapó a cien vehículos en la cumbre de Gran Canaria. En Tenerife hubo un caso con bebé de por medio.

La amante colgada del tobillo. Adeje, noviembre de 2011. Una británica resbaló hacia el vacío cuando practicaba sexo sobre una barandilla de tal modo que uno de sus tobillos quedó atrapado entre dos barrotes de una escalera. La turista se quedó colgada boca abajo y totalmente desnuda a escasos palmos del suelo.

COSTE DE CADA RECURSO:

-Por cada integrante del GES: 36,00 euros/hora
-Por cada helicóptero: 2.000 euros/hora
-Por cada vehículo (exceptuando el PMA): 40,00 euros/hora
-Por la salida del Puesto de Mando Avanzado: 300,00 euros/hora
-Por cada embarcación: 300,00 euros/hora

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