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Fin del mundo – Por Andrés Brito

“Peor no podrá ser”. Esta es la frase que un empresario ruso ha puesto en la bolsa de un kit de supervivencia para enfrentarse al fin del mundo que sucederá, según los antiguos mayas, el viernes. Cuesta mil rublos (unos 25 euros) y ha vendido ya miles de esos paquetes que contienen, entre otras cosas, cereales, jabón, cerillas y vodka (¿reparaste en que dije que el empresario es ruso?).

Como creo que tú y yo ya hemos sido testigos de varios anuncios del fin del mundo y aquí seguimos, seguramente nos echaremos unas risas cuando amanezca el 22 de diciembre con el sonsonete de los niños de San Ildefonso cantando los números agraciados de la lotería. Pero deseo aprovechar esta circunstancia para hacerte una pregunta: ¿si de verdad supieras que te queda solo un día más de vida a qué lo dedicarías?
Habrá respuestas de todo tipo aunque acaso las que más se repitan sean que te gustaría pasar tus momentos finales con tus seres queridos o tomando conciencia para asumir con paz que tu vida está a punto de acabar. Supongo que tampoco faltará quien diga que quiere vivir sus últimas 24 horas jugando al pádel o practicando sexo, lo cual es igualmente legítimo. Sea cual sea tu respuesta, será significativa porque mostrará al mundo cuál es tu escala de valores, aquello a lo que das (y no das) importancia.

De hecho, en un proceso de coaching usamos preguntas como esta justamente para que el cliente descubra si está orientando su vida conforme a sus valores o es preciso que haga ajustes, por ejemplo, en el tiempo y el dinero que dedica a aspectos que en el fondo le resultan secundarios.

Pues, después de todo, ninguno de nosotros tiene la garantía de que llegará con vida a mañana.

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