T. F. | Santa Cruz de Tenerife
La Guardia Civil ha desmantelado una armería clandestina ubicada en la Cuesta Piedra que proporcionaba armas de fuego a una organización de narcotraficantes y ha procedido a la detención de los integrantes de dicha organización, según la nota remitida desde la Comandancia de Santa Cruz de Tenerife.
En la llamada Operación Picual han sido detenidas 21 personas (18 españoles y tres marroquíes), integrantes de la red dedicada a traer hachís desde Marruecos, además de practicar seis registros domiciliarios, en los que se intervinieron 24 kilos de hachís, 16.000 euros, 73 armas de fuego, algunas con número de serie borrado. etc.
La operación se inició en septiembre del presente año tras tener conocimiento la Guardia Civil de la actividad delictiva de una organización que introducía con asiduidad en Tenerife, desde las costas del norte de África, embarcaciones neumáticas cargadas con hachís.
Sometidos a vigilancia los miembros del grupo, se averiguó que se encontraban preparando un importante alijo de hachís en la costa norte de la Isla, por lo que la guardia civil estableció un amplio dispositivo de control y vigilancia que permitió la detención de 15 integrantes de la red mientras se encontraban realizando la descarga en la misma línea de mar de una embarcación cargada con unos 1.200 kilos de hachís.
Fue durante estas detenciones cuando los agentes incautaron dos pistolas municionadas que eran portadas por las dos personas encargadas de transportar el hachís al lugar donde se ocultaría hasta ser distribuido. Pronto se averiguaría que las armas eran adquiridas a una persona que sin autorización administrativa realizaba funciones de armero, al punto que en ocasiones llegaba a adquirir armas inutilizadas para modificarlas posteriormente y dejarlas útiles para ser usadas como armas de fuego. Cuando se registró la vivienda del armero, sita en la Cuesta Piedra -dentro del término municipal de Santa Cruz de Tenerife-, los agentes hallaron otras 69 armas de fuego, silenciadores para revolver, gran número de munición de diferente calibre, tornos, soldadores, tubos de acero cortados para hacer cañones, etcétera, todo ello destinado para la reparación y modificación del armamento.
Además, en el sótano de la casa, el armero había rehabilitado un viejo aljibe para usarlo como galería de tiro, donde se encontraron restos de cartuchos disparados y varias planchas metálicas con impactos de proyectiles de diversos calibres.
La operación ha sido desarrollada por especialistas en la lucha contra el crimen organizado de la Guardia Civil, apoyados por otras diversas unidades, siendo dirigida por el Juzgado de Instrucción número 3 de la Laguna.
[apunte]LOS TRAFICANTES SE ARMABAN POR MIEDO A LOS LADRONES
Según detalla la información oficial facilitada por la Comandancia provincial de la Guardia Civil sobre la Operación Picual, que ha permitido desmantelar una armería sita en la Cuesta Piedra que suministraba armamento a los narcotraficantes, “entre los miembros de la organización era habitual portar armas de fuego para su protección personal ante posibles robos de la droga por parte de otras organizaciones rivales”.
Este tipo de delincuencia, la de robar a otros malhechores, es harto conocida hoy en España, ya que ofrece la ventaja de que casi nunca se denuncia… y la desventaja de los riesgos que se corren.
La modalidad delictiva en cuestión cuenta con muchas versiones, que van desde los que se disfrazan de policías hasta los que ubican dispositivos de seguimiento electrónico en, por ejemplo, medios de transporte o en alijos.
Precisamente, proliferan los narcotraficantes a los que les resulta mucho más sencillo robar la droga a otros que correr con los riesgos de pasar las fronteras con la misma.
De ahí el interés en portar armas como elemento disuasorio ante este tipo de delincuencia.[/apunte]