economía>

“Hay expectativas de crecer en cuanto se reconduzca la actual situación”

ROMÁN DELGADO | Santa Cruz de Tenerife

La entrevista ha sido agotadora. En esto coinciden tanto el entrevistador como el entrevistado. Dicho lo cual, solo queda que sea útil como repaso al sector agrario canario, con todos sus claros y sus oscuros. En la charla, Henry Sicilia se muestra sincero y optimista, aunque su bondad de mirar al futuro con esperanza no le impide admitir lo que está mal y lo que será más difícil de lograr para el bien del campo isleño. Lo que sí está claro es que sigue quedando mucho trabajo por delante y sin bajar la guardia, algo que también sostiene.

-Lo primero, y más en estas fechas, es pedirle que usted, en su condición de responsable de la organización profesional agraria Asaga Canarias, haga un balance general de 2012. ¿Cómo lo ha visto y qué ha echado de menos? ¿Cuáles han sido los principales problemas, qué soluciones se han arbitrado y dónde se ha fallado, si así usted lo cree?
“Si tuviéramos que resumir el año 2012, nos faltarían adjetivos, no por bueno, sino por todo lo contrario, aplicable, claro está, a todos los niveles: económico, social, político… La crisis se ha encargado de crear desaliento, adversidad e inseguridad, que se han convertido en elementos de nuestras vidas, tal vez con más fuerza en este año que acaba. Entre los recortes, la eliminación de partidas presupuestarias, la entrada en vigor de nuevos acuerdos con países terceros y la sequía, que predominó hasta el mes de octubre, la situación en el sector agrario se hacía cada vez más complicada. Sin embargo, creo que también hemos sabido aprovechar un panorama adverso como el que estamos viviendo para reflexionar sobre cuáles eran las prioridades para la agricultura y la ganadería en estos momentos, y así hemos conseguido dar pasos importantes que, en otras circunstancias, probablemente no se habrían planteado. Ha habido asuntos como el trasvase, con el consenso de todos los partidos políticos, para destinar a las producciones locales seis millones de euros procedentes del Régimen Específico de Abastecimiento (REA), el incremento en las partidas a los cereales en ese mismo programa, la revisión del programa Posei para evitar devolver recursos a Europa sin haberlos utilizado, la inclusión en la revisión del expediente del AIEM de varios productos de origen agrario, modificaciones en el Programa de Desarrollo Rural (el PDR) y, en general, decisiones que yo llamo de despacho y que en la mayoría de las ocasiones no implican dar dinero a los productores, pero que son vitales para potenciar el sector agrario, para introducir nuevas prácticas agrícolas más sostenibles, para modernizar las estructuras agrícola-ganaderas, para adaptarlas a las exigencias de normativas y mercado, para diversificar la oferta de productos agroalimentarios, para proteger el medio y para potenciar las zonas rurales como núcleos de emprendeduría y riqueza, convirtiéndolas en zonas de desarrollo y crecimiento que refuerzan el tejido productivo local, lo que tanta falta nos hace a todos los que aquí vivimos. Si me pregunta por los fallos, lamentablemente se repiten varios, los de siempre. Algunos son intrínsecos al sector, y otros externos y difícilmente controlables. En cuanto a los primeros, le diré que siguen fallando aspectos como la comercialización, no ya por el producto en sí, sino más bien por la forma y el método de comercializarlo. Nos cuesta estar unidos como productores y esta desunión nos resta capacidad negociadora y competitividad en cuanto a organización, cantidades, precios, regularidad e imagen. En cuanto a los problemas exógenos, afectan directamente a quienes nos dedicamos a esta actividad, pero la voluntad de querer cambiar las cosas está muchas veces limitada y supeditada a cuestiones burocráticas, legislativas, reglas de mercado o competencia desleal”.

henrysicilia.jpg
Henry Sicilia, presidente de Asaga. | DA

-¿Qué lección se debe sacar de los efectos pronunciados de la sequía en casi todo el año? ¿Cómo hay que invertir en infraestructura hidráulica y cómo se debe garantizar el agua a los cultivos, a buen precio?
“Lo primero es que hay que ser mucho más previsores en las zonas de cultivo de regadío. Cuando a finales de 2011, en pleno invierno, las lluvias no hicieron acto de presencia, las administraciones públicas competentes debían haber tomado las medidas oportunas (acciones que son factibles y viables) para evitar que la situación se agravara y que la falta de agua terminara afectando a varias zonas y a muchos cultivos como lo ha hecho. Hay que tener en cuenta que no solo se trata de llenar las balsas cuando sobra agua, sino de que tengan la utilidad para la que fueron construidas, y eso solo se logra con la previsión necesaria de utilizar parte de los caudales existentes y la tecnología, como la desalación, te puede aportar antes de que se vacíen las balsas. Son malos momentos para hablar de nuevas inversiones en infraestructuras hidráulicas. Existen muchos proyectos, sobre todo en el Sur, donde quizás más se necesita el agua. Son proyectos de redes, de producción de energía aprovechando saltos de agua, etcétera. Todos en este momento chocan con la realidad económica y luego chocarán con el Plan Insular de Ordenación Territorial, lo que será un freno, hasta que no se modifique, para cualquier iniciativa de esta índole. Desde Asaga Canarias siempre hemos apostado por el desarrollo de las infraestructuras necesarias que permitan la reutilización de agua para atender las demandas de los agricultores. Existe la tecnología, que, bien aplicada, permite obtener agua de excelente calidad para muchos cultivos. Esto es cuatro veces más económico que desalar agua de mar; es agua sin mucha competencia, de uso exclusivo para agricultura y campos de golf. Cuanto más se implante este sistema, más agua de otros orígenes se libera y resulta más sostenible dar un segundo uso a ese recurso. Asimismo, se deben continuar desarrollando las redes de riego, sobre todo en zonas de medianías, ya que éstas tienen un gran potencial”.

-Tras el análisis integral, quizás ahora sea el momento de que usted reflexione sobre cómo ha sido el año por subsectores y sobre cuáles son los retos más importantes del año entrante.
“Por supuesto, a los subsectores de exportación también les afecta la crisis. El plátano ha tenido un año bastante estable y mantiene sus niveles de mercado; el tomate pasa por graves dificultades; al subsector de flores y plantas le incrementaron el IVA en su mercado destino peninsular del 8% al 21% y, en general, todos están intentando adaptarse a las nuevas circunstancias. Quizás la principal diferencia entre los sectores de exportación agrícola y los de mercado interior en las Islas es la organización y la capacidad de maniobra para dar respuesta a un mercado cada vez más exigente en todos los aspectos. Respecto al subsector ganadero, el desequilibrio entre los elevados costes de producción y los reducidos beneficios económicos que perciben los ganaderos por su actividad es la principal queja. El fuerte incremento del precio de los cereales fue la nota característica de 2012. La mayoría de los cereales para la elaboración de piensos se ha incrementado una media del 65%. Los principales motivos de esta subida hay que buscarlos en el mayor consumo de cereales por parte de países como China e India, en la disminución de las producciones debido a las sequías, en Estados Unidos o Rusia, así como en la especulación de los mercados. Al otro lado de la balanza se sitúan las ganancias del productor, con un reducido o nulo margen de beneficio al no poder repercutir esos incrementos en el precio de sus productos. En cuanto a la producción de carnes como la de vacuno, porcino y pollo, se ha producido un retroceso constante en los últimos ejercicios motivado por diferentes factores. En la mayoría de los casos, por la apertura de los mercados con políticas, medidas y decisiones que favorecen la importación de estos productos y, por otra parte, por el alza de los diferentes costos de producción en todos los insumos del sector, desde los gastos corrientes a las instalaciones, el equipamiento, leyes de bienestar animal, medioambientales, etcétera. Con estas dificultades y pese a las mejoras introducidas y a los avances logrados al producir de manera más eficiente, estos sectores, si no se cuenta con un cambio de criterio por parte de la Administración en apoyar más la producción y menos la importación, muchas de las explotaciones afrontan su cierre definitivo. Prácticamente sucede lo mismo con los productores de queso de toda Canarias. Estos se enfrentan y compiten directamente contra 16,5 millones de kilos de queso o sucedáneos importados que reciben ayudas directas desde que llegan a las Islas. Es una lástima, ya que todos estos subsectores tienen un futuro muy prometedor con producciones de altísima calidad, pero tienen un presente comprometido porque no se toman decisiones y esto hay que cambiarlo progresivamente a corto plazo y sin mayores traumas para las partes implicadas. Los que hasta ahora se han favorecido y han generado abundantes beneficios del sistema implantado tendrán que ceder parte de la tarta y entender que todos tenemos derecho a existir y se puede convivir”.

El subsector ganadero tiene futuro y considero que puede ser brillante”

-En la cita anual que Asaga convoca por Navidad, usted valoró la propuesta de nuevo AIEM que aprobó el Consejo de Gobierno, en la que se recogen las principales demandas del sector agrario local. ¿Qué importancia tendrá para el campo canario que al final la Unión Europea (UE) dé el visto bueno a lo que se ha aprobado en las Islas, en todos sus términos, para aplicar a partir del 1 de enero de 2014?
“La importancia de modificar ese arbitrio es que permitirá que productos locales que sufren una fuerte competencia con los mismos o similares productos importados tengan una oportunidad de desarrollarse y crecer en las Islas. Es cierto que, por nuestras limitaciones naturales de insularidad y lejanía, es muy probable que para cada producto que aquí se obtenga exista una alternativa exterior parecida más barata, que es potencialmente destructora del producto local y que esta condición contribuya a importar más que a producir en las Islas. Pero a la larga hemos podido comprobar que esta elección provoca, por un lado, una mayor dependencia del exterior, y por otro, un mayor empobrecimiento de nuestra economía. Nos encontramos en un momento clave y, si finalmente la Unión Europea decide dar el visto bueno a estas propuestas, tenemos que aprovechar la oportunidad que se nos brinda cuando entre en vigor el nuevo AIEM para aumentar nuestras producciones, reducir las importaciones, potenciar nuestra agricultura y ganadería y generar riqueza en nuestra tierra, que es de lo que se trata, con todo lo que lleva aparejado en cuanto a economía, empleo, paisaje y sostenibilidad, sin olvidar que de esta forma el consumidor tendrá acceso a una mayor oferta de producto local fresco y de gran calidad”.

-Esta crisis es mucha crisis. De esto no hay duda, y seguirá con toda su profundidad en 2013, tal y como recogen las previsiones económicas. ¿Qué impactos principales ha tenido la crisis en la economía agraria? ¿Qué daños básicos ha ocasionado?
“Los mayores impactos los hemos podido ver en los recortes y la eliminación de partidas destinadas a la producción agraria, como la reducción a la mitad de las ayudas al transporte dentro de los presupuestos generales o el retraso en el cobro del Posei adicional. Por otra parte, también en este sector estamos sufriendo la falta de acceso a la financiación. Estamos inmersos en un proceso muy delicado que algunos agricultores, ganaderos o entidades agrarias no han logrado superar y en el que hay que adaptarse a trabajar con recursos propios. A pesar de que nuestra actividad principal es producir alimentos, también estamos sufriendo la bajada en los consumos y las modificaciones en los hábitos y costumbres de alimentación. Todo esto sumado puede dar resultados muy graves. Ahora nos encontramos en una etapa de intentar mantenernos y con buenas expectativas de crecer en cuanto se reconduzca un poco la situación”.

-La actual coyuntura ha dado un toque de atención sobre la necesidad de que Canarias mejore su cuota de autoabastecimiento. La nueva propuesta del AIEM, que protege las ofertas locales, va en esa línea. Pero ¿qué más hace falta? ¿Cuál es el proyecto de Asaga para mejorar el consumo de producciones locales?
“En este aspecto, hay muchos frentes en los que trabajar. Se los puedo intentar resumir: en la Administración, la definición de políticas agrarias. ¿Dónde queremos ir y qué queremos producir? En los productores: más organización y unión. En los consumidores: promoción, educación y compromiso. En estos tres frentes trabajamos todos los días y el avance es lento, pero continuo. Ante todas las administraciones intentamos mantener una línea de colaboración permanente que permita orientar esas políticas agrarias. En ocasiones lo hacemos reivindicando algunos aspectos y en otras aportando nuestra experiencia de 34 años representando al sector. En cuanto a los productores, se lo puedo resumir con aquella frase de que la ropa sucia se lava en casa, pero del análisis interno y de la autocrítica surgen las respuestas a los problemas cuyas soluciones solo dependen de nosotros. Está claro que las producciones locales se tienen que continuar adaptando a las exigencias del mercado para ser cada día más competitivas, y en esta vía se está trabajando. Es vital la unidad y la concienciación del sector en que tenemos que trabajar todos en la misma dirección, con profesionalidad, orden, eficacia y buena gestión. Todo eso es básico para conseguir gran parte de esa competitividad y para mejorar la cuota de autoabastecimiento. En la parte de promoción y educación de los consumidores, hay una labor importante por desarrollar. Conscientes de esta situación, Asaga Canarias ha puesto en marcha, justo este último trimestre del año, una campaña publicitaria en las televisiones locales sobre el producto local con el objetivo de revalorizar y potenciar su demanda. Entendemos que con estas acciones divulgativas contribuimos a dar a conocer la oferta agroalimentaria de las Islas”.

-Aparte de la barrera fiscal del AIEM, se ha avanzado algo, y esto ha sido histórico, en la composición de los recursos comunitarios del Régimen Específico de Abastecimiento (REA), con decisiones favorables a los productores locales. ¿Cómo lo ha visto?
“En las dos últimas décadas, se ha perdido en algunas producciones un espacio muy importante. Muchos productores se han quedado en el camino como consecuencia de las decisiones que en su momento se tomaron y, como suele ocurrir con muchas de las medidas que dependen de la Administración pública, estas se mueven despacio. Tampoco pretendemos que en relación con las producciones locales en un año se haga lo que no se a hecho en 20, pero tengo la sensación de que actualmente existe un cambio de mentalidad de nuestros gobernantes en Canarias y, a pesar del daño sufrido, vamos a observar una tendencia de recuperación de muchas de las producciones que se pueden desarrollar y son viables en nuestras Islas”.

-El plátano sigue siendo un ejemplo de actividad agrícola en la que domina la estabilidad, el equilibrio… ¿Qué va a pasar con la organización de productores Europlátano y su anunciado regreso a Asprocan? ¿Qué nuevos papeles debe asumir esta entidad, la presidida por Santiago Rodríguez? ¿Qué mejoras se deben introducir?
“Estoy totalmente convencido de que Europlátano estará en Asprocan y que las organizaciones de productores (OPP) continuarán unidas bajo el paraguas que ofrece esa asociación. Todos estamos convencidos de que el modelo ha funcionado y eso no quita para que en algún momento, como en los mejores matrimonios o familias, puedan existir discrepancias. Cualquier actitud que vaya en contra nos restará fortaleza, competitividad y rentabilidad. Asprocan continuará apostando, como lo ha hecho hasta ahora, por la diferenciación frente a la banana. La calidad y el sabor de nuestra fruta son indiscutibles y está muy bien valorado en el mercado peninsular, pero no podemos dormirnos y ser conformistas, y mucho menos dejar que otros ganen cuota de mercado con productos parecidos. Hemos dado pasos importantes al respecto y debemos seguir dándolos para potenciar el uso de la indicación geográfica protegida (IGP), lo que permitirá proteger nuestra fruta y evitar posibles fraudes. Hay que continuar con las campañas de publicidad, que son claves para mantener nuestros consumidores y, desde luego, hay que reforzar la identificación y el etiquetado de nuestro producto para que los consumidores puedan fácilmente diferenciar el plátano de Canarias. Europa recientemente nos ha concedido dentro del Posei comunitario para 2013 una partida de 20 millones de euros, para, según ellos, compensar el descreste arancelario desde su entrada en vigor en 2006, pero la batalla no está ni mucho menos ganada. Quedan frentes abiertos, como el de los países ACP, cuyas importaciones entran a Europa con contingente cero y sin arancel”.

-Un caso bien distinto es el tomate de exportación, que acumula problemas: la falta de financiación de las ayudas del Posei adicional o ampliado, el que se paga con fondos del Estado y la Comunidad Autónoma, y la posibilidad de que se tengan que devolver 22 millones de euros por el reintegro de parte de la compensación del transporte. A esto se une la competencia cada vez más intensa de Marruecos…
“Los tomateros tienen una situación complicada porque se le han abierto muchos frentes problemáticos al mismo tiempo. Tanto las ayudas al transporte de mercancías para las producciones hortofrutícolas como el Posei ampliado o ayudas del Estado, que se cofinancian al 50% por parte del Gobierno central y del autonómico, son algunos de los pilares sobre los que se apoya este sector y, en un caso, se ha reducido a la mitad, y en el otro, se están produciendo importantes retrasos en el pago que en algunos casos comprometen la viabilidad de la explotación. Hay que entender que a los productores locales les resulta imposible competir en las mismas condiciones de igualdad que al resto del sector de exportación de regiones continentales por cuestiones tan simples como la lejanía y la insularidad, que frenan nuestra capacidad de maniobra. Esas compensaciones vienen a paliar estas deficiencias. Si a esto se suma el respaldo que ha dado la UE a la práctica liberalización del tomate marroquí, al que permite colocar nada menos que 257.000 toneladas de esta fruta para el año 2013, lo que repercutirá también en los precios, así como la posible devolución de 22 millones de las ayudas al transporte, a la que ya han presentado recursos en los tribunales y se están recibiendo noticias negativas, desde luego que el panorama es desalentador. No toda la batalla está perdida. Los tomateros han realizado grandes inversiones para modernizar sus estructuras aumentando su productividad y siendo más competitivos en calidad, y en esa línea hay que seguir. Si hay algo claro es que en el tomate canario prima la calidad y la seguridad alimentaria. Existe un uso controlado de productos fitosanitarios, según la normativa europea, y con unas condiciones sociales de producción muy superiores a los del país marroquí. Siempre hemos denunciado que hacen falta más controles para evitar que los contingentes de Marruecos superen los cupos establecidos”.

-En los cultivos de medianías, los principales problemas se han detectado en la papa de primavera-verano, la de mayor producción. ¿De qué manera se debe reordenar esta actividad?
“La concentración de la oferta sigue siendo primordial para reordenar la actividad del sector de la papa. Para que exista una oferta adecuada se tiene que dar una serie de condicionantes. En mi opinión, las producciones del Norte y del Sur de la Isla no pueden funcionar por separado. Asaga está trabajando para intentar aglutinar producciones y lograr una programación y volúmenes que permitan abastecer a lo largo de casi todo el año a cadenas que desean tener nuestro producto. Esta unión también debe dirigirse a obtener unos costes de producción más asequibles, mejores precios y rentabilidad, además del control de plagas que, como ha ocurrido este año, han arruinado buena parte de la cosecha. En Canarias, el cultivo de este tubérculo ha ido decreciendo en los últimos años debido al aumento de las importaciones y a su comercialización a precios más bajos, lo que ha motivado el abandono de muchos agricultores. Las cooperativas han permitido no solo concentrar la oferta y comercializar la producción, sino también abaratar costes a la hora, por ejemplo, de adquirir las semillas. Sin embargo, la mala gestión de algunas de estas agrupaciones de productores ha acabado por pasar factura. Hay una cosa clara: el concepto de cooperativismo no se puede despreciar porque una funcione mal. Las cooperativas y la función que desarrollan son bases fundamentales del sector agrario. Lograr que el agricultor forme parte de ellas y trabaje acorde a unas especificaciones nos hará mejores profesionales. No hay que olvidar que contamos con un producto de prestigio, muy valorado desde un punto de vista cualitativo y gastronómico”.

-Las actividades vitivinícolas también viven momentos delicados. ¿Cómo lo ve?
“Entiendo que la actual situación recomienda imponer la agrupación de recursos para afrontar mejor la realidad a la que nos enfrentamos. Sin embargo, dentro del propio sector vitivinícola hay divergencias al respecto y no está fácil obtener un consenso. La Administración, que maneja una parte de los recursos del sector vía ayudas, en contacto con las partes, debe actuar como intermediaria y servir de árbitro para establecer el modelo que se quiere desarrollar. Hay que subrayar que el sector ha avanzado muchísimo en los últimos años. Se han puesto en marcha iniciativas (campañas publicitarias, promociones, actividades enoturísticas, etcétera) que han generado un interés creciente por el consumo de vino local y ello se ha traducido en un importante estímulo y reconocimiento.Claro está que la crisis ha frenado seguir avanzando al mismo ritmo, sobre todo porque el sector se ha resentido por retrasos en el pago de las ayudas del Posei adicional de 2010 y 2011, tan esperadas por los viticultores”.

-En ganadería, debido al fuerte incremento del precio en los insumos, más la sequía de 2012 y la caída del consumo, las cosas también han ido a peor. ¿Qué análisis hace?
“Este año ni la cabaña ganadera ni la producción de leche han bajado sustancialmente. Es cierto que los importantes incrementos en los costos de producción han impedido que los productores puedan vivir de su actividad y esto complica la gestión y viabilidad de cualquier explotación o agroindustria. Son momentos para redimensionarse, para intentar pasar el bache y para ver si finalmente esos cambios de mentalidad necesarios de los que ya he hablado por parte de la Administración dan la oportunidad a estos sectores víctimas de esas decisiones desde hace 20 años, para que puedan recuperar su espacio en el sistema productivo canario. Este sector tiene futuro y considero que puede ser brillante a poco que cambien algunas cuestiones de política agraria dependientes del Gobierno canario”.