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La Isla se hermana con San Carlos de Tenerife, en República Dominicana

Jorge Rodríguez, Elías Bacallado y la cónsul Irma Mireya Bautista, durante la reunión preparatoria
Jorge Rodríguez, Elías Bacallado y la cónsul Irma Mireya Bautista, durante la reunión preparatoria. | F. PALLERO

AGUSTÍN M. GONZÁLEZ | Santa Cruz de Tenerife

La emigración canaria fue un fenómeno generalizado a casi todo el continente americano desde poco tiempo después del descubrimiento por Colón. A lo largo de los tres siglos siguientes, miles de isleños cruzaron el Atlántico para colonizar las nuevas tierras en busca de mayor prosperidad de la que entonces les brindaba un Archipiélago aislado del mundo y con escasos recursos.

Eso motivó que algunas ciudades y pueblos del Nuevo Continente fueran fundados por emigrantes canarios. Los casos más conocidos son los de San Antonio de Texas, en Estados Unidos, en 1731; el de la capital de Uruguay, Montevideo, y los de muchas localidades de Cuba, como Matanzas, que fundaron 30 familias laguneras.

Menos divulgada es, sin embargo, la presencia canaria en la República Dominicana, donde en 1683 un centenar de familias tinerfeñas construyeron la villa de San Carlos de Tenerife, en las afueras de la capital, Santo Domingo. Precisamente, para recuperar y reforzar este vínculo histórico entre la isla de Tenerife y la República Dominicana, el Consulado General de este país en las Islas Canarias promueve un hermanamiento oficial que comenzará en febrero de 2013 con la organización de un viaje institucional a tierras dominicanas y, especialmente, con destino a San Carlos de Tenerife.

Este viaje, a celebrar del 3 al 10 de marzo, lo organiza el Consulado General de la República Dominicana en colaboración con la Federación de Centros de Iniciativas Turísticas de Tenerife (Feciten), diversos organismos públicos de la Isla, el Grupo de Comunicación DIARIO DE AVISOS, CajaSiete y Globalia, entre otras entidades.

Precisamente, la cónsul general de la República Dominicana en Canarias, Irma Mireya Bautista Rosario, se reunió esta semana con Elías Bacallado Hernández, presidente del Consejo de Administración de CANAVISA, empresa editora de DIARIO DE AVISOS, y con el presidente de Feciten, Jorge Rodríguez Galván, con el fin de tratar diferentes aspectos de la organización y difusión de este hermanamiento entre tinerfeños y dominicanos “que ayudará a avanzar en el mutuo conocimiento y la cooperación entre los dos pueblos”.

La cónsul Irma Mireya Bautista, destacó “la importante y muy integrada” colonia dominicana existente en el Archipiélago canario y anunció que el viaje oficial de marzo próximo pretende cumplir una triple vertiente: institucional, turística y empresarial. Por su carácter institucional, reveló que se han iniciado gestiones con la Casa Real Española para que el príncipe Felipe asista al acto de hermanamiento en marzo en Santo Domingo.
Además, está previsto que formen parte de la expedición oficial isleña el presidente del Gobierno de Canarias, el presidente del Cabildo de Tenerife y el alcalde de Santa Cruz, entre otras autoridades. Al mismo tiempo, el carácter turístico y empresarial de la iniciativa permitirá que varias decenas de residentes en la Isla, que así lo deseen, puedan participar en este acontecimiento histórico.

HISTORIA COMÚN
El profesor e historiador orotavense Manuel Hernández González, precisa que en el año 1683 desembarcaron en Santo Domingo 108 familias canarias, un total de 543 personas, para construir la villa de San Carlos de Tenerife, en las afueras de la ciudad. Llegaron en condiciones de comerciantes, agricultores, prestamistas y hacendados.

Según publicó el historiador Jean Ghasmann Bissainte, “la incorporación de los canarios al proceso de formación demográfica de la sociedad dominicana desde finales del siglo XVI representa un hecho histórico de gran trascendencia”. Precisa que arribaron a Santo Domingo dos grupos de canarios: “Los de la élite tinerfeña, en 1683, con interés de expansión comercial, junto con un grupo de agricultores pobres, y luego en el siglo XVIII, una gran oleada de campesinos y aventureros en búsqueda de oportunidades laborales”.

[apunte]Un barrio a las afueras de Santo Domingo
San Carlos de Tenerife, hoy más conocido como San Carlos, es un barrio y parroquia de la ciudad de Santo Domingo, en República Dominicana. A fines del siglo XVII, el rey Carlos II de España autorizó la emigración de familias del archipiélago canario, principalmente de Tenerife, a la entonces colonia de Santo Domingo. En estas circunstancias, el 18 de febrero de 1685 fue fundado el poblado de San Carlos de Tenerife, siendo arzobispo Fray Domingo Fernández de Navarrete. Estos asentamientos se produjeron en una zona rural al norte de Santo Domingo, en una colina desde la que se divisaba la ciudad. A cincuenta años de su fundación, la mayoría de los pobladores de San Carlos, cerca de 900 vecinos, se dedicaban a labores agrícolas y con su producción abastecían en gran medida las necesidades alimentarias de la ciudad primada. San Carlos de Tenerife, Galindo y Pajarito, este último en la margen oriental del río Ozama, eran los únicos poblados rurales que existían fuera de los límites de la ciudad amurallada y así se mantuvo hasta finales del siglo XIX.[/apunte]