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“La incineradora de residuos permitiría no necesitar más suelo en Arico”

Wladimiro Rodríguez Brito
El ex consejero del Cabildo de Tenerife, Wladimiro Rodríguez Brito, durante la entrevista. / FRAN PALLERO

JESSICA MORENO | Santa Cruz de Tenerife

Después de más de veinte años como consejero del Cabildo de Tenerife, este último mandado Wladimiro Rodríguez Brito decidió dejar la política. Precisamente, el pasado mes de noviembre la Corporación insular agradeció su trayectoria nombrandolo Hijo Adoptivo de la Isla, una decisión apoyada por todas las fuerzas políticas.

-¿Qué sintió cuando se enteró que lo iban a conceder el título de Hijo Adoptivo de Tenerife?

“Fue una sorpresa, no solo cuando me llamó Ricardo (Melchior), sino porque yo contaba con que era un ritual muy devaluado. Pero he visto que no, que el nivel de estos planteamientos son muy observados y valorados y no es una especie de tómbola. Eso me ha hecho reflexionar más. Me parece bien que se planteen en la Isla una serie de valores y tener un listón”.

-De sus 20 años de trayectoria en el Cabildo ¿cual cree que ha sido su mayor aportación a la Corporación insular?

“Sin duda ninguna, tres temas. El primero ha sido la adquisición de suelo para reforestar. El segundo es el plan de residuos que tiene la Isla. Ese plan no es mérito propio, he colaborado pero el que más puso fue Paco Hernández, que ha dejado una de las mejores plantas de tratamiento de residuos de España. Y el tercero ha tenido que ver con los pinos insignes y al educación ambiental. Cuando empezamos a cortar los pinos nos tomamos con una actitud agresiva hacia lo que lo hacíamos. Hubo una actitud popular diciendo que íbamos a mercantilizar con la naturaleza, pero se ha entendido que era un tema que había que hacer. A estos puntos sumo los huertos escolares. En esos aspectos estarían los principales asuntos que hemos llevado a cabo”.

-¿Se arrepiente de alguna decisión tomada en este periodo?

“Seguro que muchas, porque uno tiene la mejor voluntad pero se puede equivocar. Posiblemente el haber centralizado gran parte de los servicios ambientales no haya sido una postura correcta para los próximos años y creo que hay que volver a abrir las casas forestales, a tener a los responsables pegados en el territorio y no centralizados en el Cabildo. Ese tema habrá que mejorarlo. Con una economía más austera habrá que volver a comarcalizar gran parte de los servicios”.

El nacionalismo canario tiene aún que pulir muchas cosas

-¿Se le quedó algo por hacer cuando se despidió de la Corporación insular?

“Todavía miro las cumbres de la Isla, como las de Fasnia y Arico y queda mucho por hacer, para comprar suelo y reforestar. Es verdad que los tiempos ahora no lo permiten, no es un problema de voluntad sino de recursos. También quedó pendiente el último paso con la planta de Arico, que está parado. Quedan unos restos que no los reciclamos y el paso que se planteó dar, creo que habrá que hacerlo”.

-Entonces, ¿cree que la Isla tiene que apostar por la incineradora?

“Hoy tenemos plantas de tratamiento de incineración en París, Viena y otras ciudades. Son infraestructuras inofensivas y que posiblemente daría la posibilidad de no buscar más suelo en el Complejo Ambiental de Arico”.

-¿Cómo ha visto la gestión del área desde que se ha ido?

“Pienso que la consejera, Ana Lupe Mora, tiene muy buena voluntad, pero hablar desde mi posición no es nada apropiado porque hay muchas limitaciones económicas en estos momentos, en la que hay que hacer muy prudentes, al haber menos recursos. Ana Lupe no puede hacer gran parte de lo que hice yo, porque entonces disponíamos de un nivel importante de recursos”.

-¿Cómo cree que se ha afrontado este verano la extinción de incendios?

“El verano ha sido complicado pero hemos tenido suerte. Con el nivel de combustible la situación podía haber sido peor. Con el invierno que llevamos hay que cambiar de política y hay que hacer prevención. Tratar de defendernos de los incendios en invierno, y por eso labrar las tierras. Entramos en una nueva lectura del territorio, que no se está haciendo en ningún ayuntamiento ni en el Cabildo. Algunos ya empiezan a entenderlo, pero no cabe duda que hay mucho que hacer”.

-Usted es una persona que ha apostado por el medio ambiente. ¿Se considera ecologista?

“Sí, me considero ecologista, aunque he tenido algunos problemas con lo que denomino el ecologismo urbano. Hemos tenido una lectura en la que se ha hablado de la protección de la flora y de la fauna separada de los campesinos, y ecología no puede estar separada de las personas que labran la tierra. Hay que buscar la manera de que convivan los agricultores y las palomas rabiches. Esa ecología no la comparto, pero sí una que tenga que ver con la protección de flora y fauna, a la misma vez que se defiende la agricultura y ganadería”.

-¿Piensa que hay una excesiva protección del medio?

“Hay una inflación de leyes sobre el territorio que lo hace ingestionable. Aquí gestionan hasta cinco administraciones un mismo territorio. Eso es inviable. Hay que plantearse que las leyes del territorio deban ser claras, sencillas y no un barullo. Ese marco de leyes nos está devaluando a los que creemos en el medio ambiente”.

Creo en un ecologismo que defienda el medio ambiente y a los agricultores

-Su cambio de partido político en sus inicios ha sido muy criticado. ¿Qué tiene que decir?

“Soy una persona que vengo del mundo del trabajo, de los hechos. He convivido en política con hombres de distinta ideología. Me di cuenta en el Partido Comunista que había mucho teórico que se llenaba la boca hablando del progreso y la solidaridad y luego era bastante egoísta. También he encontrado personas conservadoras que son enormemente solidarios y comprometidos con los más débiles. En ese marco del trabajo y compromiso es donde entiendo la política”.

-¿Cómo ve el nacionalismo canario en estos momentos?

“Hay que pulir muchas cosas. Hay muchas declaraciones de cara a la galería. El nacionalismo en un mundo enormemente internacionalizado es una herramienta necesaria en esta tierra. Esta tierra no puede ser para todo el que quiera venir que se quede. Es un problema de sentido común. No podemos gestionar una población de más de dos millones de habitantes. Los planteamientos de Paulino Rivero al respecto no creo que sean egoístas, sino de sentido común”.

-Una vez que se marchó del Cabildo, ¿qué proyectos tiene?

“Ahora estoy volcado a leer, a escribir, a ratos a la agricultura y a dedicarle más tiempo a mis hijos. En mi etapa política solo entraba a casa para dormir, y ahora estoy disfrutando de la vida”.