Fernando Clavijo, el ansiado ideólogo nacionalista, me dejó a cuadros ayer en La Mañana de la COPE. El responsable de CC en Tenerife se despachó certificando que el pacto con el PSOE en la Isla estaba roto. No que hubiera fisuras, no que habría que meter las cabras socialistas de El Tanque en el corral, no: que estaba roto. Supongo que lo manifestó ejerciendo la autonomía más absoluta. Dado que los máximos responsables socialistas (léase Manuel Fumero y Francisco Hernández Spínola) se confesaron incapaces de reconducir el desplante socialista en el municipio de la discordia, el pacto ya no se podía considerar como tal. Todo parece indicar que no es que Fumero y Spínola no “puedan” reconducir la situación; es que no “quieren”. ¿O dónde está entonces el correspondiente expediente por tal flagrante incumplimiento de la disciplina de partido? ¿Pero aquí qué ha pasado? Pues que CC y PSOE firmaron un pacto time-sharing en El Tanque.

Primero dos años un sociata y un nacionalista el resto. Alguien debió pasar por alto que el zurdo de El Tanque se llamaba Román; y deberíamos haber aprendido lo torpes que se vuelven los Romanes (ver Román Rodríguez) a la hora de cumplir este tipo de acuerdos. Además, azuzado por Javier Abreu (al que los Manolos unidos por Spínola desplazaron malamente como líder a la secretaría insular socialista), Fernando Clavijo nos dejó zarzaleando a todos. Este jaque a la reina tendrá tantas lecturas como municipios tiene Tenerife. Máxime en Santa Cruz, donde las preguntas se agolpan: ¿qué pensará el alcalde Bermúdez, al que le ha costado un potosí lidiar con un enloquecido partido socialista? ¿A qué maravillosa excentricidad nos puede convidar Cristina Tavío a tenor de los acontecimientos? ¿Le gustaría al paquete de José Ángel Martín ser alcalde? ¿Qué pensarán en el Cabildo a todas estas? Y digo yo: ¿todo esto por El Tanque? Después de escuchar a Fernando ayer, más de uno debió pensar: pero, pero… ¡Fernando!

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