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Religión – Perplejita Me Hallo

Su santidad está que lo peta últimamente. Primero despejó con el clásico manejo vaticano, sutil pero contundente, una duda que empezaba a trascender los atribulados corazones católicos para instalarse como debate urgente en la calle: no había mula ni buey en el portal de Belén. Si lo piensan tiene lógica: intenten meter esos dos bichos en el portal de su casa y luego me cuentan.

A continuación, Benedicto, que es un moderno (a dos pasos estamos de las gafas de pasta y el cine iraní), decidió abrirse una cuenta en Twitter, @pontifex, para tuitear con la peña y no sustraerse al placer de un fav o de un RT, o incluso de un DM. Aún no ha escrito su primer tuit, y se entiende. Cuando uno acostumbra a leer y escribir encíclicas tochas de cientos de páginas, condensar la sabiduría en 140 caracteres es empresa harto difícil. Paciencia pues, con el Santo Padre, una vez más.

Como es habitual, esta gozosa inmersión en la modernidad ha sido celebrada en la jerarquía española con un retroceso educativo que de nuevo coloca la religión en un ámbito preferencial dentro de los planes de estudio. No estoy a favor de que la religión se imparta en las escuelas, pero lo estaría si a cambio pudiéramos tomar el atril de la iglesia un domingo cualquiera y leer algunos párrafos de El origen de las especies o Así habló Zaratustra. Habría igualdad de condiciones, entonces.

La Navidad, esa fiesta pagana reconvertida en cristiana y reconvertida de nuevo en pagana, está en puertas. No olvide dar un destino digno a esa mula y ese buey que su santidad ha desterrado del Belén.