X
afganistán >

Un centenar de españoles han perdido la vida en la misión en Afganistán

   

EFE | Madrid

La muerte hoy del sargento del Ejército de Tierra David Fernández Ureña, desactivador de artefactos explosivos, eleva a un centenar el número de víctimas de la misión española en Afganistán desde que comenzó su despliegue en 2002.

Noventa y siete de ellos pertenecían al Ejército, dos a la Guardia Civil y el otro era un traductor.

Del total de víctimas, sin contabilizar al sargento fallecido hoy, quince murieron en ataques de la insurgencia, 79 en dos accidentes aéreos, dos en accidentes de tráfico y tres por causas naturales.

La de Afganistán es la misión que más vidas humanas ha costado a España, seguida de la misión de Bosnia-Herzegovina, con 23 muertos. También es la primera misión donde las tropas españolas han sufrido un atentado suicida.

Las primeras víctimas en Afganistán se produjeron el 26 de mayo de 2003, cuando un avión Yakovlev 42 se estrelló en Turquía y se cobró la vida de 62 militares españoles que regresaban de Afganistán.

En el suceso, el más grave en la historia de las Fuerzas Armadas españolas, perdieron la vida además los trece tripulantes del avión, 12 ucranianos y un bielorruso, con lo que el balance total fue de 75 muertos.

El 16 de agosto de 2005 murieron diecisiete militares españoles cerca de Herat (oeste de Afganistán) al estrellarse el helicóptero en el que viajaban.

El contingente español en Afganistán no sufrió ataques directos de los insurgentes hasta 2006. La primera víctima mortal fue el soldado Jorge Arnaldo Hernández, de origen peruano, que murió el 8 de julio de ese año al explotar un artefacto activado a distancia durante una patrulla en la provincia de Farah.

El 9 de noviembre de 2008 las tropas españolas sufrieron el primer ataque suicida de su historia. Ese día, la explosión cerca de Herat de una furgoneta bomba, que embistió al último blindado de un convoy militar, acabó con la vida del brigada Juan Andrés Suárez García y la del cabo primero Rubén Alonso Ríos.

Además, otros cuatro militares resultaron heridos en un atentado que fue reivindicado por la insurgencia talibán.

Hasta hoy, el último miembro de la misión española muerto en un atentado en Afganistán era el sargento primero Joaquín Moya Espejo, que perdió la vida el 6 de noviembre de 2011 cerca de Ludina al recibir un disparo durante un ataque contra tropas afganas a las que acompañaba un equipo de instructores españoles.

Unos meses antes, el 26 de junio de 2011, murieron el sargento Manuel Argudin Perrino y la soldado Niyireth Pineda Marín, natural de Colombia, al explosionar un artefacto al paso del vehículo blindado en el que viajaban, en la localidad de Qala i Naw.

Actualmente, España mantiene desplegados 1.406 militares, de los que 1.047 son del Ejército de Tierra, 41 de la Armada, 281 del Aire y 37 guardias civiles.