Tengo la suerte de conocer desde hace ya unos meses a Andrea, es una mujer trabajadora, inteligente y de esas personas cuya energía apetece tener cerca. En todos nuestros encuentros vestía pantalón gris y camisa blanca al frente de su spa y siempre pensé, que si bien es un “uniforme” adecuado para trabajar, ella era una persona que desprendía más luz que la que su ropa transmitía.
Por eso, cuando tuve la oportunidad de preparar su look pensé en algo diferente, algo como ella, detallista, con brillo propio, con una personalidad que sin necesidad de aspavientos hace que te fijes… y me vino a la mente La Chaqueta (permíteme la licencia de las mayúsculas pero la prenda lo merece) de Ana Maya Desing que es la firma de una joven emprendedora de Tenerife que diseña, prepara el patrón, busca las materias primas, corta y cose sus prendas y, poco a poco, ha conseguido hacerse un hueco. Había visto ya varias cosas de ella cuando me prendé de La Chaqueta gracias a una fotografía. Ya en ella se podía apreciar que era especial: el material, el corte, los detalles, el color… esas prendas que merecen un lugar en especial en el armario y en las que sí que vale la pena invertir. La materia prima es lana virgen tejida en Francia traída especialmente para su colección. Solo me faltaba conciliar prenda y protagonista ¿lo conseguiría? ¡Fue un acierto! Desde que la saqué de la funda los ojos de Andrea se iluminaron y su primera reacción fue acercarse para acariciar el tejido pero “¿me quedará bien?” se preguntaba. “¡Póntela! Nunca sabrás cómo te queda algo si no te lo pones” (es un consejo express válido para todos y todas). La combinamos con un vestido de punto de algodón de la misma colección con un escote en la espalda espectacular. Como Andrea es discreta La Chaqueta le aportó seguridad hasta que se sintió lo suficientemente cómoda ante el objetivo como para enseñar la espalda. Y… ¡voilà! Éste es el resultado. Si es que, cuando alguien es especial merece prendas especiales.