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Esperanza – Por Leopoldo Fernández

   

Un viejo y poco conocido, pero magnífico, escritor inglés, Robert Burton, sostiene que “la esperanza y la paciencia son los dos cojines sobre los cuales podemos reclinarnos en la adversidad”, una frase que parece escrita para el tiempo presente, en el que tantas y tantas cosas -sobre todo de carácter económico- nos fallan o nos oprimen. Tal vez porque esperar es vivir, y creer, y confiar, y perseverar, hasta en medio de la desesperación no acabamos de perder la esperanza. Esta puerta abierta es por la que pretenden entrar los partidos canarios que nos gobiernan, CC y PSC, junto a un PP que -lo asegura con rotundidad- se muestra decidido a pactar los asuntos que más interesan a esta tierra: la salida de la crisis, la creación de empleo, la reforma del modelo jurídico-administrativo del Archipiélago, las bases para la revisión del REF, la futura modificación del modelo de financiación autonómica y las políticas relacionadas con la Unión Europea. Una agenda política relevante -a la que cabría añadir la puesta al día de las normas electorales y del Estatuto de Autonomía, más la implementación de iniciativas a propósito de las reformas educativa y energética-, que reclama el concurso de todos los partidos. Y si el acuerdo se extendiera a agentes sociales y económicos y a grupos intermedios de la sociedad, mejor que mejor. Para abrir boca, ya me conformaría yo con que las tres formaciones políticas respondieran a las expectativas que abrigan los ciudadanos.

Nuestros representantes públicos están donde están para, encima de ideologías y diferencias personales, defender las predilecciones de todos y servir al pueblo que los eligió y les paga el sueldo. El PP lanzó el guante o la idea del pacto y el presidente Rivero lo ha recogido y ha dicho sí. Supongo que habla también en nombre del PSC y que la propuesta de diálogo y trabajo en común no se quedará en agua de borrajas, como en ocasiones precedentes. Para ello -porque si no el acuerdo será imposible-, nacionalistas y populares deben abandonar sus ya habituales rencillas y confrontaciones. Ya está bien de tanta bulla y pérdida de tiempo: se trata de ayudar a Canarias a salir de la crisis y a exponer al Gobierno del Estado y a los órganos dirigentes de la UE las necesidades de las Islas. Así que lo mejor es que todos aparquen rencores y pleitos, incluido el petrolero, y se dispongan a dialogar y consensuar de buena fe sobre los asuntos antes mentados, en los que hoy por hoy es el PP, desde el Gobierno central, quien tiene la última palabra, en unos casos para exponerla en Bruselas y en otros para tomar decisiones en Madrid. A ver si esta vez la esperanza no se ve defraudada.