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Los productos del campo doblan su precio en la ‘mesa’

   

verduras

Imagen de archivo de un expositor de frutas y verduras en el mercado de La Laguna. | DA

M. F. | Santa Cruz de Tenerife

Después de una ligera reducción del diferencial entre lo que reciben los agricultores y ganaderos por sus productos y lo que pagan finalmente los consumidores durante el mes de noviembre, este pasado diciembre se ha vuelto a incrementar, multiplicándose los precios entre origen y destino de los productos frescos por 2,01.

Según el Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) de productos agrarios y ganaderos publicado por la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), junto con las asociaciones de consumidores UCE y Ceac, es destacable la acelga, por el que los agricultores apenas recibieron, en diciembre, 0,73 céntimos de euro el kilogramo, mientras que los consumidores pagaron el kilo a 3,27 euros.

Otros productos con un alto diferencial fueron la papaya (cuyos precios entre origen y destino se multiplicaron por 2,93) y la col (por la que los consumidores pagaron 1,78 euros el kilo, y los agricultores recibieron 0,62 céntimos de euro.

En lo que respecta a los productos ganaderos el mayor diferencial sigue manteniéndose en la ternera, por la que los consumidores pagaron 2,75 veces lo recibido por el ganadero. Con estos datos, se podría decir que si se compra un kilo de productos para elaborar un potaje (cebollas, papas, bubango, acelgas, zanahorias. calabaza y judías verdes), directamente al agricultor, el coste de dicho plato estaría en torno a los cinco euros. Sin embargo, el potaje se encarecería hasta los 13 euros si los productos se adquieren en cualquier supermercado, más del doble.

Así que el respiro del pasado mes de noviembre no ha servido de mucho a los agricultores que este último mes volvieron a ver cómo se incrementaban los precios. La mayor diferencia se produjo el pasado mes de mayo, cuando la diferencia entre los productos del campo y la mesa alcanzó los 4,47. Por ello, desde hace años, los agricultores clama por un doble etiquetado que en el producto fresco exponga claramente cuánto se lleva el agricultor y cuál es el precio final.