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El PSOE aboga por mejorar la competencia entre gasolineras para bajar precios

EFE | Madrid

El Grupo Socialista en el Congreso de los Diputados ha abogado hoy por proponer una serie de medidas «para conseguir que haya una mayor competencia» en el mercado de distribución de carburantes, con el objetivo de abaratar los precios de gasóleos y gasolinas.

En un comunicado, los socialistas han apuntado que pretenden «establecer unas reglas que permitan que los precios guarden relación con los costes y que los ciudadanos no tengan que transferir rentas a las grandes empresas distribuidoras».

La secretaria de Economía y Empleo del PSOE, Inmaculada Rodríguez-Piñero, se ha reunido hoy con representantes de la Unión de Petroleros Independientes, la Asociación de Propietarios de Estaciones de Servicio, con la confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicios (CEES) y la Asociación de Grandes Superficies (ANGED).

Ha abordado con ellos la necesidad de «analizar las causas» que hacen que el margen comercial del sector de los carburantes sea mayor en España que la media de la Unión Europea.

Así, ha considerado que «si en nuestro país se aplicasen precios antes de impuestos similares a los de Francia, la factura de los carburantes sería de 2.000 millones de euros menos».

La Unión de Petroleros Independientes ha pedido «resituar» la cuestión, al considerar que los datos ofrecidos por la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) y la Comisión Nacional de Energía (CNE) «no reflejan la realidad» y, por tanto, «no se pueden tomar como referencia».

Así apuesta por aplicar «medidas concretas» de fomento de la competencia con las que intentar superar la «herencia histórica» de «concentración del mercado» de distribución de carburantes en España que, en su opinión, es el resultado de un proceso de «desmonopolización cuestionable».

Sin embargo, advierte que algunas de las propuestas del Gobierno, como facilitar la instalación de gasolineras en grandes superficies, pueden tener efectos no deseados, ya que si no se les exigen los mismos criterios de calidad y transparencia, el sector tradicional «podría llegar a desaparecer», con la consiguiente pérdida de tejido productivo y empleo.