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Los recortes obligan a Cáritas a cerrar servicios y hacer despidos

   

casa de acogida Lázaro Cáritas

El proyecto Lázaro cuenta con una casa de acogida en el municipio de San Cristóbal de La Laguna. | DA

JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife

La crisis, y los recortes que está provocando, continúa su insaciable caminar entre las administraciones públicas y entidades privadas del Archipiélago, incapaces de contener las dramáticas consecuencias que está generando la recesión. En este contexto, la última gran damnificada por la disminución de las partidas destinadas a los servicios sociales será Cáritas Diocesana de Tenerife, que se verá obligada a cerrar algunos servicios y despedir a personal en los próximos meses.

En concreto, según ha podido saber este periódico, proyectos como Lázaro, dirigido a personas con VIH/sida que no tienen hogar y que viven en una situación de vulnerabilidad social, o los centros Ben (Santa Cruz) y San Antonio de Padua (Granadilla), destinados a la acogida y asistencia de inmigrantes y sin techo, son los primeros que se han quedado al borde del cierre tras la supresión de las ayudas que recibían del Gobierno de Canarias.

De igual modo, los recortes también podrían afectar a los centros de Guajara y María Blanca (Puerto de la Cruz), así como a los servicios Café y Calor, dirigido a indigentes de la capital y Puente Atacaite, para mujeres solas con hijos a cargo; así como a los denominados Fauna I y II, pisos tutelados para mujeres que víctimas de violencia de género. En total, según aseguraron las mismas fuentes al DIARIO, la falta de ingresos podría provocar entre 10 y 15 despidos, de trabajadores y profesionales encargados de algunos de estos proyectos.

“El importante recorte presupuestario anunciado por el Gobierno regional sobre los fondos destinados a Cáritas Diocesana de Tenerife para el presente año pone en serio peligro la continuidad de muchos de nuestros proyectos sociales”, manifestaron ayer fuentes de la entidad humanitaria, que explicará el jueves en rueda de prensa -donde también participará el obispo nivariense Bernardo Álvarez- las claves de futuro de la organización. “Ante este desplome de la financiación autonómica, que pone al borde del colapso las acciones de acompañamiento que se llevan a cabo con diversos colectivos sociales especialmente vulnerables, Cáritas apuesta por reafirmar su modelo de acción social para seguir respondiendo a los efectos sociales de la crisis en las personas en situación más precaria”, reiteraron en una nota las mismas fuentes, quienes subrayaron que “la justicia social es responsabilidad directa de los poderes públicos, que están obligados a dotar a las políticas sociales de la cuantía económica indispensable, dentro del marco de subsidiariedad y corresponsabilidad que caracteriza el actual modelo de lucha contra la pobreza y la exclusión social en las Islas”.

Este periódico ya publicó en mayo que los recortes hacían peligrar proyectos como Lázaro, uno de los emblemas de Cáritas Diocesana de Tenerife. No en vano, lleva más de 17 años prestando servicios de acogida y realizando una intervención biopsicosocial personalizada con el fin de generar el empoderamiento personal, social y laboral de aquellas personas afectadas por el virus, sus familiares y amigos. A través de este programa se llevan acciones tales como cobertura de necesidades básicas, acompañamiento y seguimiento individualizado (psicosocial, sanitario, laboral y familiar), asesoramiento jurídico, actividades de formación y ocio, de sensibilización y coordinación interna y externa, entre otros.

Los recortes de los últimos años han obligado a Cáritas a prescindir de personal, aunque desde la organización se ha intentado prestar el mismo servicio utilizando recursos propios que recibe a través de donaciones y apoyos privados y que han resultado ser insuficientes. Pese a la disminución de sus recursos, la organización humanitaria aumentó en 2012 un 30% sus atenciones en la provincia tinerfeña, donde en la actualidad asiste a cerca de 56.000 personas.

[apunte]El 31% vive bajo el umbral de pobreza
Más del 31% de la población canaria vive por debajo del umbral de la pobreza, lo que convierte al Archipiélago en la segunda región más pobre, sólo superada por Extremadura, según los datos que maneja Cáritas Diocesana. De ellos, un 39% son niños. El 40% de las familias que necesitaron atención por parte de Cáritas en 2011 fueron víctimas directas o indirectas de la gestión política de la crisis, según la Memoria Anual de la organización correspondiente a ese ejercicio.

El pasado mes de diciembre, el secretario general de Cáritas Española, Sebastián Mora Rosado, advirtió en una comparecencia en el Senado ante la Comisión especial de estudio sobre las nuevas formas de exclusión social, del “riesgo de fractura” de la sociedad si no se ponen medios. Mora destacó que, por ejemplo, el problema de la vivienda va “mucho más allá de los desahucios” ya que, según concretó, “30.000 personas están viviendo en la calle y más de un millón de familias viven en hacinamientos o infravivienda”.[/apunte]