Quizás en los próximos dÃas pueda detectar el perfume de un montecristo, el olor me llevará el humo, el humo brindará una pista del puro y sosteniendo el puro me encuentre a José Carlos Francisco, economista y a la vez presidente de la Confederación de Organizaciones Empresariales de la provincia. Aprovecharé la ocasión para preguntarle lo que entiende por finalización de la crisis económica. Porque Francisco ha reconocido que a lo largo del presente año Canarias llegará a la cota del 34% de su población activa desempleada (unos 30.000 parados más) y que al mismo tiempo en el último trimestre de este 2013 comenzará la recuperación económica. Para sumergirse aun más en la paradoja, Francisco subrayó acto seguido que en el plazo de un año comenzará a fluir el crédito bancario para luego puntualizar que las tasas de ocupación laboral no volverán a ser similares a las del año 2007 hasta, por lo menos, el año 2020. No resulta irrelevante recordar que antes de la recesión, en ese añorado 2007, la tasa de ocupación no descendió en el Archipiélago del 10%. Un 10% nada menos. Un porcentaje que serÃa un escándalo polÃtico en un paÃs más o menos desarrollado. Lo cierto es que en sus épocas de mayor esplendor económico Canarias ha convivido con un paro laboral muy superior a la media española y realmente disparatado respecto a la media de la Unión Europea. Y eso no es un endefemismo, sino el fruto de un modelo de desarrollo económico y una gobernanza polÃtico-administrativa. Ninguna comunidad puede salir indemne de un desempleo superior al 25% como media durante un periodo de quince años. Es absolutamente imposible en términos de destrucción y pauperización de recursos humanos, de cohesión social y territorial, de gasto público y de eficacia y eficiencia productiva, de creación de riqueza y de justicia social. Una sociedad asà es un proyecto (un antiproyecto) colectivo obviamente inviable. Por eso se me antoja pasmoso que, antes o después del puro matinal, José Carlos Francisco, que no es precisamente un ignorante en materia económica ni carece de dilatada experiencia en la gestión de presupuestos públicos, sea capaz de tender gráficas aterradoras hacia el futuro sin reparar en que está describiendo, implÃcitamente, la destrucción de Canarias, de su viabilidad polÃtica y de su supervivencia económica, sin advertir la urgencia de reformas y transformaciones polÃticas, empresariales, jurÃdicas y administrativas. Por encima o por debajo del REF. Porque no nos estamos jugando los puros. Nos estamos jugando literalmente la vida.