Loren y Francis posan con el andaluz Daniel Verdugo y su entrenador al final de la velada. / DA
JUAN S. SÁNCHEZ | Santa Cruz de Tenerife
Volver a empezar. Loren Jorge reseteó su maltrecha moral con un triunfo indiscutible en el torneo de pesos pesados bajo reglas K1 que se celebró este sábado en la localidad francesa de Troyes. El fajador de El Ortigal se trajo el cinturón para Tenerife después de hacer tres combates en los que recuperó las buenas sensaciones que siempre le habían acompañado hasta que dio el salto al peso pesado.
En el primer emparejamiento Loren acabó por la vía del cloroformo con el francés Cedric Ameline. El tinerfeño le conectó una serie de manos en el segundo asalto que acabó con Ameline en la lona, aunque el fajador galo se levantó para caer noqueado segundos más tarde tras un crochet de izquierda. El triunfo antes del límite le permitió tener menos desgaste físico para afrontar lo que venía por delante.
En semifinales Loren se vio las caras con otro de los representantes locales, Gaetan Sautron, al que el tinerfeño venció por decisión unánime de los jueces tras el final de tres duros asaltos. En el combate por el título Loren se midió al favorito local, Assi Pacome, al que también superó en el balance global de las cartulinas de los jueces para llevarse el premio económico, el cinturón y el empujón moral tras varios tropiezos consecutivos.
“Me encontré muy bien, por fin vuelvo a ser yo”, declaró Loren pocos minutos después de ceñirse el cinturón de campeón. “Me vi bien, rápido, combinando, estoy muy contento, ahora ya bajaré a menos de 88 kilos y para mí se acabó la aventura en el peso pesado, al menos por un tiempo”, señaló Loren que destacó que “necesitaba sentirme bien de nuevo. No fue nada fácil ganar, lo tuve que entregar todo”.
A su hermano Francis le fue de lujo. El pequeño de la saga de los Jorge amargó la fiesta del regreso del ídolo local, Vincent Petitjean, campeón continental y mundial al que venció por decisión dividida en una dura batalla a la que el francés se presentó con siete kilos más del peso que se había pactado. Fue una dura batalla en la que Francis tuvo tocado a Petitjean en varias ocasiones, pero al final hubo que recurrir a las cartulinas.