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JUAN DOMINGO DELGADO > BIÓLOGO TINERFEÑO Y PROFESOR DE ECOLOGÍA EN LA UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE

“Muchos técnicos temen por su empleo y avalan obras con impacto ambiental”

   

Juan Domingo Delgado - Doctor en Biología

El doctor en Biología Juan Domingo Delgado, posando para esta entrevista en el viario del barranco de Santos, en la capital tinerfeña. / JAVIER GANIVET

VICENTE PÉREZ | Santa Cruz de Tenerife

En Tenerife hay más de 5.000 kilómetros de carreteras, que, con la intensa urbanización, han cambiado el paisaje de la isla. Juan Domingo Delgado estudia las alteraciones que provocan estas vías en los ecosistemas. En 2011 investigó en Canadá el impacto de las carreteras en las aves. Este biólogo tinerfeño ejerce como profesor de Ecología en la Universidad Pablo de Olavide, en Sevilla, tras enseñar Ingeniería de Medio Ambiente en el departamento de Física Básica de la Universidad de La Laguna. Juzga de muy alto el impacto ambiental de algunas obras previstas y en construcción y advierte de que muchos técnicos hacen estudios favorables a determinados proyectos públicos porque temen perder su empleo.

-¿Cuál es su balance de la aplicación de la pionera ley canaria de evaluación ambiental?

“Como todo, depende de los principios y la formación de quien hace la evaluación y todo el proceso, que incluye examinar alternativas, incluyendo la de no hacer el proyecto”.

-¿Alguna obra pública se ha dejado de hacer por su impacto ambiental negativo inasumible?

“No conozco ningún ejemplo de paralización total. Pero sí se han paralizado proyectos por la crisis económica. La economía considerada como desarrollo a ultranza de infraestructuras no puede continuar indefinidamente, no se sostiene, porque la naturaleza puede soportarnos y proveernos de forma limitada, no ilimitada como piensan los economistas de una onda más neoliberal. La economía opera dentro de la ecología”.

La costa donde se construye el puerto de Granadilla merecía ser protegida

-Algunos políticos se quejan de que los biólogos sean ecologistas…

“Igual que es deseable que un político no sea un analfabeto ambiental, y que conozca al menos lo básico en ciencias naturales y tenga una ética ecológica básica, ¿por qué no voy a tener yo como biólogo y científico unos matices políticos? No es incompatible ser ecólogo y ecologista”.

-Pero la queja de algunos políticos y empresarios es que gobiernan los técnicos a veces…

“Por suerte no solo prevalece la opinión de las patronales y de los gobiernos, porque si no no tendríamos ya un cabo de territorio donde dar un paseo”.

-¿Fue acertado desproteger la reserva natural especial de El Chinyero para que pase el anillo insular de carreteras de Tenerife?

“No. Pero depende de que el estudio de alternativas haya sido riguroso. Hasta ahora el medio ambiente se ha visto como un inconveniente para la declaración de impacto y no como un patrimonio que proteger. La declaración la ve la administración como un trámite burocrático más, cuando debería ser un procedimiento científico. Los técnicos, como ven comprometido su puesto de trabajo, nunca emitirán estudios de impacto desfavorables, intentarán maquillarlos. De eso hay mucho”.

-¿Como califica el impacto del anillo viario insular de Tenerife?

“Muy impactante, no solo por la propia vía sino porque contribuye con un impacto acumulativo con el resto de la red de carreteras. Se intenta justificar por ahorro de tiempo pero me pregunto para qué en una isla se quiere ahorrar tanto tiempo; esto no es un continente”.

El proyecto de los trenes no es sino una maniobra especulativa más con el territorio

-El sector de la construcción ha generado en estos años de crisis 100.000 parados y reclama más obras públicas; se prevé en la isla de Tenerife más autovías, ampliación de autopistas, trenes y tantos otros proyectos….

“Dudo bastante que la solución milagrosa para rebajar el paro sea destinar el dinero a más y más infraestructuras. Podría destinarse mejor al mantenimiento y mejora de las existentes -lo que crearía trabajo más estable- y a nuevas estrategias de obtención de energías renovables”.

-¿Pero cree usted asumible por la mayoría de la población del norte tinerfeño decirle que el anillo insular no se hace porque es un paisaje tan bonito que no se puede tocar?

“Habría mitad de la gente que opinaría que hay que hacerla para ahorrar tiempo y otra que pensaría que no para no destrozar el paisaje, por la misma razón que hay gente que vota a la derecha y gente que a la izquierda. No sé cual prevalecería”.

-Bueno, prevalece ya la obra…

“Sí, porque falta la implicación de la gente que está en contra”.

- ¿Está la sociedad o los políticos preparados para que un técnico les diga que no se hace una obra pública por un escarabajo o una babosa endémicas?

“No. Ni siquiera entre la gente con nivel cultural no bajo se entiende por qué esas especies tienen un valor de la rica biodiversidad de Canarias”.

-Viendo lo que hemos hecho en el paisaje de medianías y costas, ¿en Tenerife hemos sido conscientes de que vivimos del turismo?

“Somos maleducados ambientalmente, sin conocimiento de la historia natural, de la comprensión básica de la misma naturaleza. Nuestra mejora económica no llevó aparejada una mejora proporcional de educación”.

-¿Y nuestros políticos son reflejo de esa mala educación?

“Son los peor educados de todos. Pero no depende tanto de siglas como de las personas”.

-¿Tratamos mejor el paisaje hoy que hace unas décadas?

“No, hemos logrado proteger gran parte de las islas, pero eso está amenazado también. Deberían ampliarse algunos espacios protegidos, y establecerse zonas de influencia a su alrededor”.

-¿Qué le parece el proyecto del puerto industrial de Granadilla, cuyas obras ya se ejecutan?

“El Observatorio Ambiental creado tengo la impresión de que es una maniobra de maquillaje. No es solo el puerto en sí sino toda la serie de infraestructuras que lleva aparejado. Marinos mercantes han dicho además que ese puerto será díficil para maniobrar. El impacto marino es enorme, irreversible”.

El anillo insular es muy impactante y no se justifica por el ahorro de tiempo

-¿Merecía protegerse el lugar donde se está haciendo ese puerto como pedían 55.000 firmas en la iniciativa legislativa popular que el Parlamento rechazó debatir?

“Ese espacio reunía todas las papeletas para ser protegido, no desde el punto de vista local sino global, porque es un ecosistema de sebadal de mucho valor si se quiere además seguir teniendo pesquería en el Sur de la Isla, además del valor geológico de esa costa, y del paisaje en tierra”.

-¿Cómo valora el proyecto de los trenes en Tenerife?

“No sé hasta qué punto es necesario en el Sur cuando la guagua aún está poco optimizada. Pero el tren será más ocupación del territorio, liberando nuevas bolsas de suelo para urbanizar con infraestructuras asociadas. Y si encima se pretende hacer el tren en un corredor diferente de la autopista y además ampliarla… Este proyecto es una maniobra especulativa con el territorio. El tren del norte tendrá aún más impacto”.

-¿Cuál es la obra terminada que más le ha desagradado?

“El tendido eléctrico del Sur, con torres que parecen mástiles de barcos junto a la autopista”.