JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife
“Sólo puedo estar con mi hijo a través de este recurso, y si me lo quitan no sé cuándo podré volver a verlo”. Carlos -nombre ficticio dado para preservar su intimidad- lleva tres años en litigio judicial con su esposa, una ‘guerra’ en la que el principal perjudicado ha sido su hijo, de sólo 4 años de edad. Como él, más de 200 familias y 250 menores se están viendo afectados ya por el cierre del Punto de Encuentro de La Orotava, uno de los dos únicos recursos de estas características que quedaban en Canarias.
Esta misma semana, el director general del Menor y la Familia del Gobierno regional, Gilberto Moreno, confirmaba a los responsables del mismo y del Centro de Atención a la Familia de Tenerife, que “no hay ninguna posibilidad” de salvar el recurso orotavense, cuyo coste apenas rondaba los 25.000 euros. Así, los dos técnicos que trabajaban en el mismo fueron despedidos y las familias a las que asistía tendrán que esperar ahora su turno en el Punto de Encuentro de Las Veredillas (Santa Cruz), donde ahora hay cerca de medio centenar de parejas en lista de espera.
“La mayoría de los padres que están ahí son por cuestiones relacionadas con violencia de género y separaciones, por lo que, al haber órdenes de alejamiento de y otras medidas, la única alternativa que tienen para ver a sus hijos es a través de los puntos de encuentro”, expone a este periódico uno de los técnicos que trabajaban en el recurso orotavense.
“Si me quitan este servicio, no podré llegar a un acuerdo con mi mujer, porque no quiere saber nada de mi y pasarán años hasta que pueda volver a ver a mi hijo”, subraya Carlos, que denuncia la “cruel vulneración” de sus derechos y los de su vástago.
Como él, Juanjo tampoco podrá ver a su hija de 8 años hasta que le den cita en el Centro de Atención a la Familia de Tenerife. Sus problemas mentales, de los que está en tratamiento, hacen inviable que su ex pareja le permita tener contacto con la pequeña, con la que sí podía estar en el Punto de Encuentro de La Orotava. “Su madre se negó a que la viera fuera de allí, y estuvimos un año litigando, por lo que sólo podía estar con ella en el centro”, denota Juanjo.
FALTA DE AYUDAS
“Sólo el año pasado asistimos a unas 30 familias, que suponían una media de 80 visitas al mes y unas 2.000 personas atendidas”, denota uno de los dos técnicos del servicio orotavense, que asegura que “nos informaron por teléfono unos días antes, y la única explicación que nos dieron es que no había dinero para la subvención que había prometido la Dirección General del Menor”.
El cierre del punto de encuentro de La Orotava, no obstante, puede no ser el único, ya que la disminución en las partidas que recibe el Centro de la Familia santacrucero puede provocar un “caos” en el servicio a corto plazo. “No sabemos cuánto tiempo más podrá mantenerse abierto, porque también ha perdido una parte de su financiación, lo que nos ha obligado a reducir personal”, manifiesta a este periódico su director, Raimundo Moreno, que señala que el centro ubicado en Las Veredillas ha resuelto más de 700 expedientes y ha facilitado cerca de 20.000 encuentros desde el año 2005. “En la actualidad, tenemos 90 familias en activo, pero no sabemos en qué condiciones podremos seguir ofreciendo el servicio, porque hemos tenido que prescindir de tres trabajadores”, concluye Moreno.
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UNA SESIÓN DE MEDIACIÓN CUESTA 50 EUROS
Otro de los servicios que han sufrido especialmente los efectos de los recortes es el de la mediación familiar, un procedimiento extrajudicial y voluntario en el que un profesional informa, orienta y asiste a los familiares en conflicto, con el fin de facilitar vías de diálogo y alcanzar acuerdos justos y duraderos. Tras la anulación de las partidas que el Gobierno de Canarias destinaba a tal fin, ahora la única posibilidad de acceder a estos servicios será pagando. Así, según explican desde el Centro de Atención a la Familia de Santa Cruz de Tenerife, la sesión de mediación tendrá un coste de al menos 50 euros, una cantidad a la que la mayor parte de personas que demandaban este recurso no puede permitirse.
“Nos estamos encontrando muchos dramas familiares”, recordó Raimundo Moreno, quien aseguró que la eliminación de este servicio ha supuesto además que cuatro personas hayan perdido su empleo. “La mediación constituye una vía, con carácter general, más racional, más madura a la hora de solucionar conflictos y ello porque van a ser las propias partes las que, a través del diálogo, del reconocimiento del problema y del entendimiento de la posición del otro, van a buscar una solución querida y aceptada por ambas partes”, denotó Moreno, quien insistió en que “la mediación cobra especial importancia a la hora de evitar la judicialización de conflictos, especialmente los derivados de situaciones de separación, divorcio o ruptura de las parejas de hecho, tales como el ejercicio de la patria potestad, el régimen de visitas, pensiones o la disolución de bienes gananciales.
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