Puertos considera “raro” el incidente del ‘Thomson Majesty’

Responsables de la Autoridad Portuaria ofrecieron una rueda de prensa para explicar el suceso. / SERGIO MÉNDEZ

D. SANZ – E. PAIZ – J. MORENO – M. PLASENCIA | Santa Cruz de La Palma

El suceso acaecido ayer en el puerto palmero fue calificado por la Autoridad Portuaria de la Provincia de Santa Cruz de Tenerife como un “incidente raro, que no ha pasado antes en ninguno de nuestros puertos”, afirmó el director del departamento comercial, Airám Díaz, en rueda de prensa. Insistió en que la nave, que tiene desde hace años a Santa Cruz de Tenerife como puerto base, sufrió un “lamentable incidente” y matizó que desde el momento que se produjo le “hemos prestado toda la colaboración posible”.

A pesar de los 20 años de antigüedad del Thomson Majesty, el jefe del área de Explotación de la Autoridad Portuaria, Leandro Melgar, explicó que no se considera un buque de avanzada edad, sino que está en la media de esta tipo de naves e hizo hincapié en que pese al incidente, “los cruceros es uno de los medios de navegación más seguros y esta operación se realiza para incidir en este aspecto”.

La nave operada por la compañía Thomson Cruises permanecerá en el puerto de Santa Cruz de La Palma hasta que autoricen su partida. En el momento del incidente, el barco trasladaba a 594 tripulantes y 1.498 pasajeros, “la mayoría británicos”. Con puerto base en Tenerife, el crucero realiza un itinerario de siete días desde Santa Cruz, pasando por el puerto de La Luz y Las Palmas, Santa Cruz de La Palma, Funchal, Agadir y Arrecife, para culminar en el muelle de partida.

Además, insistió en que esta es una maniobra que se realiza habitualmente por motivos de seguridad “de la que no hay precedentes en ninguno de nuestros puertos, y desconozco si hay en algún otro”.

RIESGO

Lo cierto es que entre la gente de la mar se trata de una práctica que, pese a su importancia para garantizar la seguridad del barco, implica riesgos y de la que se ha hecho eco la Organización Marítima Internacional (OMI). En una circular del año 2004, denominada Orientaciones sobre la seguridad durante los ejercicios de abandono del buque por medio de botes salvavidas, advertía de que se había observado un “número inaceptable de accidentes causados por botes salvavidas, ocurridos en años recientes, en los que la tripulación había sufrido lesiones, a veces mortales, mientras participaba en ejercicios o inspecciones de botes salvavidas”.

Entre las recomendaciones que plantea este organismo, destacan que “el arriado del bote con su dotación completa de personas es un ejemplo de uno de los elementos de los ejercicios que pueden entrañar riesgos innecesarios en determinadas circunstancias. Esas partes de los ejercicios sólo deben ponerse en práctica si se observan precauciones especiales”.

Se trata de un asunto que, según se recoge en diversa literatura especializada, ha sido objeto de debate entre los organismos competentes en seguridad marítima durante la última década. Y es que pese a la importancia que tienen de cara a salvar vidas en un accidente real, también tienen que reunir las máximas condiciones de seguridad en los ejercicios prácticos.

El año pasado, la Asociación Internacional de Líneas de Crucero y el Consejo Europeo del Crucero aprobaron incrementar las medidas de seguridad en este tipo de barcos. Una de esas medidas fue la de exigir que al menos cada seis meses todas las compañías de de estos organismos realicen un ejercicio que incluya el proceso de bajada y carga máxima de los botes salvavidas. En el ejercicio, el bote deberá llenarse por completo con miembros de la tripulación.