El mito del amor romántico mata la autonomía de las personas e incluso a las propias personas. Con esta falacia comercial del día de san Valentín, se pone en evidencia esos mitos y tópicos y su permanencia en la sociedad actual.
Es obvio que el amor no es nada malo, lo malo es creer en un amor ideal fuera de la realidad. Los medios de in-comunicación, la literatura, el arte, en definitiva, la ciencia con esencia patriarcal, garantizan el mantenimiento de estas ideas y tipos ideales, que no son ni más ni menos que ataduras y resistencias a la verdadera igualdad entre mujeres y hombres.
A la sociedad capitalista les interesa las mujeres cenicientas, que esperan que su príncipe azul las rescaten de la penuria existencial, las caperucitas rojas que tienen miedo a ocupar el espacio público por si las come el lobo, las barbies superstar que esperan a su Kent de plástico, mientras se comen las uñas para no engordar y se tupen el pelo a laca…
Pero es que resulta que las mujeres de ahora y de siempre no somos de plástico, no somos de cuento; comemos, defecamos, crecemos, envejecemos, y en ese proceso nos hacemos grandes en autonomía y seguridad.
Y además resulta que, en ese camino que es la vida, no es nuestra meta la de buscar compañeros/as que nos sostengan.
En ese mismo proceso encontramos compañeros/as, unas veces permanentes y otras circunstanciales, que nos hacen la vida más agradable, nos acompañan pero no nos tutelan, respetan nuestras ideas sin imponer las suyas, y nos admiran en nuestra propia belleza, que es la esencia de crecer pausadamente, desde la paz y el equilibrio que te da la madurez digna, de ser una misma, sin aceptar la dictadura patriarcal de la publicidad, el consumo y las tradiciones…
*PROFESORA DE SOCIOLOGÍA EN LA ULL