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El 21% de los jóvenes españoles, en riesgo de engancharse a Internet

   

ORDENADOR INTERNET

El uso de plataformas digitales no es nocivo salvo cuando se aprecian señales de dependencia. / DA

YLKA TAPIA | Santa Cruz de Tenerife

“Intranquilos y ansiosos”, así afirmaron sentirse los menores que participaron en la investigación sobre conductas adictivas a Internet (CAI) entre los adolescentes europeos (14-17 años), financiado por la Unión Europea, cuando no tienen en su haber el smartphone por una avería o castigo. El principal motivo es el uso excesivo de las redes sociales que, combinado con su curiosidad por experimentar vivencias y obtener conocimientos dentro de su desarrollo personal, les lleva a una intensa actividad en la Red amplificada por la excesiva preocupación por atender las notificaciones de WhatsApp, Facebook, Twitter…

¿Debe alertarnos, por tanto, que tengan en su haber un terminal móvil? Curiosamente, la función de llamadas es la que menos utilizan. Su principal interés es controlar su perfil (y los de otros) en las comunidades en línea, ya que el 92% pertenece a alguna de ellas. Así, mantienen el contacto con sus conocidos y hacen nuevas amistades. Para Oliver Serrano, psicólogo y gestor de comunidades online, estos datos “parecen preocupantes, pero no olvidemos que los porcentajes muy probablemente serían mayores en los adultos”. De igual modo, el principal problema es cuando necesitan sentirse estimulados mediante situaciones positivas que solo se producen en este ámbito, cubriendo un vacío: “Tanto los medios sociales como las nuevas plataformas de comunicación hacen que recibamos muchísimos estímulos en muy poco tiempo, y, en algunos casos, con un alto poder de reforzamiento”, destaca Serrano.

El 92% de los menores del estudio tiene como mínimo un perfil en una red social

MATANDO EL TIEMPO CONECTADO

Este poder de reforzamiento lleva a muchos jóvenes a conectarse diariamente más de dos horas -el 39,4 %-, ya que encuentran aburrido el día a día y matan el tiempo de esta manera. No perciben fuera del entorno digital alternativas atrayentes, lo que acaba por repercutir aún más en sus propias deficiencias en habilidades sociales que derivan en trastornos psicosomáticos: descuidan sus rutinas diarias, reducen su rendimiento escolar, tienen alteraciones del sueño y apetito y se muestran inquietos.

Además, estas plataformas “se han convertido en el punto de reunión por excelencia para los adolescentes”. “Se comunican y hacen quedadas, siendo el medio más cómodo para estar en permanente contacto con su grupo de iguales”, una situación que, en sí misma, no es nociva salvo cuando se aprecia una serie de señales que, aclara el psicólogo, pueden ser, “la existencia de síntomas de ansiedad si no se puede acceder a los perfiles o si detectamos que no tiene claros los límites de su privacidad e intimidad”. Una pérdida de control que puede incluso conducir al aislamiento.

La tendencia natural de un nativo digital es la propia autocorrección. Este acaba por experimentar una saturación (“estoy harto de esto”) o empieza a percatarse de que ya no es tan divertido pasar tanto tiempo pendiente del smartphone o el ordenador. Asimismo, una de las principales razones a la hora de desengancharse es una nueva motivación que puede ser, perfectamente, una relación amorosa, nuevos amigos, la práctica de un deporte… Por sí mismos exploran opciones offline y priorizan. Aun así, y a tenor del presente estudio, no siempre consiguen equilibrar sus actividades con el uso de Internet.

El 1,2 % de los adolescentes europeos posee una conducta adictiva a Internet

EDUCAR EN RELACIONES DIGITALES

Entre las recomendaciones que se deben tener en cuenta, destaca la de “implicarse al máximo en la educación en lo que se refiere a redes sociales. Un aspecto muy importante, por ejemplo, es que sepan desconectar el móvil cuando están estudiando”, aconseja Serrano. Otras de especial relevancia son tener el ordenador fuera de la habitación y controlar el tiempo de navegación.

Todo ello con el objetivo de prevenir una posible tendencia adictiva, aunque el especialista señala que “la conducta de los menores suele ser fiel reflejo de la de los adultos”, y que, más que una adicción a las nuevas tecnologías, es una “adicción al refuerzo inmediato y a la sensación de control que ofrecen estas plataformas digitales (estoy localizable para todos y todos están localizables para mí)”, siendo esta una actitud peligrosa en jóvenes y en adultos.

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Pérdida del control sobre el uso de la Red

Los adolescentes que pierden el control sobre el uso de Internet son vulnerables a padecer aislamiento, y descuidan tanto sus actividades académicas o recreativas como su salud, higiene personal y relaciones sociales. Evaluar la prevalencia y determinantes de estas conductas adictivas, así como concienciar a la sociedad de su existencia y desarrollar estrategias de prevención, son dos de los objetivos de la Investigación sobre conductas adictivas a Internet entre los adolescente europeos, desarrollada por un consorcio y financiada por la UE.

En el estudio, publicado el pasado mes de enero, participaron 13.284 adolescentes entre los 14 y 17 años, procedentes de Grecia, Alemania, Holanda, Islandia, Polonia, Rumanía y España. La metodología utilizada fueron cuestionarios que incluían diversos tests, juegos y entrevistas a los que mostraron signos de padecer conductas adictivas.

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