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Asistiendo a los desatendidos

   

María del Pilar Martínez (izquierda), junto a otras enfermeras del hospital Jacinto Hernández de Chontales. / DA

María del Pilar Martínez (izquierda), junto a otras enfermeras del hospital Jacinto Hernández de Chontales. / DA

JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife

Con una de las mortalidades infantiles más elevadas del planeta, la Región de Salud de Chontales, en la periferia de la capital nicaragüense, Managua, no había sido considerada hasta la fecha por ningún proyecto de cooperación español ni extranjero. Ello, a pesar de que el Hospital Asunción de Juigalpa, uno de los más importantes del país, no reúne las condiciones higiénicas mínimas, como tampoco la mayor parte de los centros de salud y casas maternas que conforman el deficitario sistema sanitario de la zona.

Hasta allí viajó recientemente la enfermera del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria, María del Pilar Martínez Párraga, una de las beneficiarias de las becas que cada año otorga la Fundación para el Desarrollo de la Enfermería (Fuden). Como ella, una treintena de enfermeras de las Islas participaron el último año en un programa de formación impulsado por la Agencia Española de Cooperación (Aecid), que les permitirá colaborar con distintos proyectos solidarios relacionados con los cuidados de salud en países subdesarrollados.

INFECCIONES EN CENTROS

En el caso concreto de María del Pilar Martínez, su trabajo en Nicaragua se centró en la incidencia de las infecciones nosocomiales (infecciones intrahospitalaria contraídas por pacientes ingresados en un recinto de atención a la salud, que cada año provocan más de un millón de víctimas en todo el mundo) en el Hospital Regional de Juigalpa, en Chontales. “Chontales es un área periférica muy alejada del centro de Managua, una zona muy deprimida y con un alto índice de mortalidad”, expone la enfermera de la Candelaria, que durante 21 días recogió datos en distintas áreas de salud y realizó visitas clínicas, entre ellas al vertedero de Managua, donde viven más de 3.000 personas que diariamente buscan en la basura alimentos, enseres y objetos que tratan de recuperar y vender. “Es algo terrible y penoso”, subraya María del Pilar Martínez, que hace unas semanas relató su experiencia a sus compañeras del hospital tinerfeño, en unas jornadas cuyo objetivo era sensibilizar a los ciudadanos y profesionales sobre el impacto de las enfermedades tropicales desatendidas en las poblaciones con menos recursos del planeta.

Y es que, como exponen desde Fuden, “las enfermedades tropicales desatendidas constituyen un obstáculo para el desarrollo de las comunidades empobrecidas. La reducción de su incidencia puede contribuir a la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, sobre todo los relacionados con la salud”. “Por ello, el eje de este proyecto es la enfermería, porque sus profesionales poseen un papel activo en la promoción de la salud y, por ende, en la lucha contra estas patologías y el cumplimiento de las metas del milenio en 2015”, concluyen las mismas fuentes.

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MÁS DE UN DECENIO EN ÁFRICA Y AMÉRICA

La Fundación para el Desarrollo de la Enfermería (Fuden), a través de su departamento de Cooperación Enfermera y en colaboración con la Agencia Española de Cooperación (Aecid), trabaja desde 1999 en la mejora de la calidad de la asistencia sanitaria en diferentes países del Tercer Mundo, a través del desarrollo de la propia profesión.

Actualmente, lleva a cabo cooperación en enfermería en países de África como Angola, Guinea Ecuatorial, Guinea Bissau, Mozambique, Níger y Santo Tomé y Príncipe; y de América, como Cuba, Haití, Guatemala, República Dominicana, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Argentina y Bolivia, entre otros. En España, implementa su labor en la sensibilización de la sociedad sobre las desigualdades mundiales a través de la educación para el desarrollo, en centros escolares, clínicas y hospitales.

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