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La centenaria Casa de los Dragos, el palacio de justicia que nunca lo fue

   

CASA DE LOS DRAGOS

Calle Viera y Clavijo y fachada principal del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, sobre 1920. / Joaquín González Espinosa (cedida de colección particular)

AGUSTÍN M. GONZÁLEZ | Santa Cruz de Tenerife

La actual sede del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, conocida popularmente como Casa de los Dragos, por los dos ejemplares de este árbol que hacen de centinelas en su fachada principal, está a punto de cumplir cien años. Es un edificio noble, señorial y relevante, acorde con su función pública como casa del pueblo santacrucero. Sin embargo, cuando se proyectó, a finales del siglo XIX, no estaba pensado para albergar el Ayuntamiento capitalino, sino para convertirse en Palacio de Justicia. Un capricho cambió su destino; o mejor dicho, una decisión política. El 3 de junio de 1902, el concejal Pedro Schwartz y Mattos, quien fuera alcalde de Santa Cruz en tres periodos, solicitó que se cambiase la finalidad del edificio en construcción y se reconvirtiera en Casa Consistorial. Se aprobó la propuesta y el inmueble pasó a llamarse Palacio Municipal y de Tribunales Superiores, aunque los tribunales se mantuvieron en el antiguo convento de San Francisco. El palacio se concluyó el 13 de septiembre de 1916. No obstante, con anterioridad ya se habían ocupado algunas dependencias.

La de este edificio es una historia curiosa que recoge con detalle en varias de sus publicaciones el investigador Juan Arencibia de Torres. A pesar de ser capital, hasta el año 1813 no tuvo el Ayuntamiento de Santa Cruz una sede oficial para celebrar sus reuniones. Estaba emplazado originariamente en una casa de la plaza de la Pila, esquina con la calle del Castillo. En 1823 el consistorio se trasladó a las dependencias del antiguo convento de San Francisco. El 3 de abril de 1899 comenzó la construcción del edificio que, en un principio, se proyectó para Palacio de Justicia. Su solar se encontraba en la calle Santa Rita (hoy Viera y Clavijo), esquina a Méndez Núñez. Su arquitecto fue Antonio Pintor Ocete, que proyectó un edificio de estilo neoclásico. Las obras comenzaron el 3 de abril de 1899. En 1904 se abrió concurso público para su decoración. Se recibieron varias propuestas: dos de artistas locales, otra de la Asociación de Artistas Decoradores de Madrid y otra de un escultor parisino.

Fue adjudicada finalmente al artista santacrucero Francisco Granados, cuya oferta fue la más económica: 12.000 pesetas. El lienzo que decora el techo fue encargado al pintor palmero Manuel González Méndez, que lo realizó en París y lo dejó colocado en noviembre de 1905. Su motivo y título, La verdad venciendo al error, responden a que en ese tiempo aun se pensaba dedicar el edificio a Palacio de Justicia. Toda una paradoja, pues esta hermosa sala principal terminó siendo el escenario, no de los litigios jurídicos, precisamente, sino de los debates políticos municipales. Las tres vidrieras que cierran el testero fueron encargadas a la Casa Amigó, de Barcelona. En ellas se recogen dos importantes hitos de Santa Cruz: la victoria sobre el almirante Nelson en 1797, que marca en realidad el origen de Santa Cruz como municipio independiente, y el comportamiento heroico de los santacruceros durante la epidemia de fiebre amarilla, en 1893. Sin duda, mucho arte y mucha historia encierra esta Casa de los Dragos, a punto de cumplir cien años, y que, aparte de consistorio, es un gran palacio que ennoblece a la ciudad de Santa Cruz.