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Un colegio que enseña a gestionar las emociones

Colegio Hispano Inglés, en Santa Cruz de Tenerife
Fachada del Colegio Hispano Inglés, en Santa Cruz de Tenerife. / DA

YAZMINA ROZAS | Santa Cruz de Tenerife

Valorar, expresar y gestionar las emociones es uno de los aprendizajes más complejos a los que se enfrenta el ser humano. La capacidad para procesar la información emocional es determinante en el desarrollo personal del individuo, pero también influye de manera importante en el proceso de aprendizaje.

Muchos centros escolares están empezando a ser conscientes de esta correlación y, en base a ello, a integrar la educación emocional en su programa de una forma reglada y sistematizada. El Colegio Hispano Inglés es uno de los centros canarios pioneros en poner en marcha esta experiencia innovadora y en desarrollar un programa de inteligencia emocional, dirigido a todas las etapas educativas, “para que desde bien pequeños puedan ir desarrollando estas capacidades”.

Así lo afirma Antonio Vallés Arándiga, doctor en psicología y experto en inteligencia emocional, quien está asesorando a los profesores del centro en esta materia. A su juicio, el trabajo de esta habilidad en los colegios es “totalmente necesaria porque los estudios ponen de relieve que emociones como la calma, el sosiego, el optimismo o la motivación son favorecedores de un buen aprendizaje y ayudan a recordar mucho mejor”. Arándiga explica que la educación emocional se ha venido realizando en el ámbito educativo desde siempre, “aunque no de manera regulada y curricular, sino a través de acciones esporádicas, pero ahora hay que aunar todas estas iniciativas en un plan reglado que tenga la misma presencia que otras áreas curriculares”, señaló.

En esta línea, el Colegio Hispano Inglés está elaborando un programa de inteligencia emocional, que se pondrá en marcha en el centro a partir del próximo curso, con una metodología, procedimientos y contenidos como qué son las emociones, cómo se expresan, cómo se regulan o cómo se resuelven los conflictos.

“La implementación -continuó explicando- se realiza a través de las horas de tutoría, en los programas de refuerzo educativo y, de una manera más global, a través de la actitud de los profesores, con su modo de impartir las clases, de comunicar” con una actitud positiva y empática hacia los sentimientos de los alumnos. Este psicólogo señaló que se ha formado un equipo, con profesores del propio centro, encargado de dinamizar este programa y garantizar su implementación, lo que hará también que el colegio pueda obtener “la mejor excelencia posible en la valoración europea EFQM como centro excelente en educación emocional”. Una certificación muy reciente que, según señaló, aún no ha obtenido ningún centro escolar del país.

Pero este programa no engloba solo a profesores y alumnos sino además a los padres, ya que “deben de implicarse también para convertirse en modelos, y para eso hay que tener un conocimiento acerca de la inteligencia emocional”. Por ello, este experto impartió la pasada semana dos conferencias a los padres del centro sobre esta materia. “La asistencia fue masiva, lo que nos sorprendió a todos gratamente, y se produjo una dinámica interactiva y satisfactoria. Conseguimos lograr una sensibilización hacia la inteligencia emocional”.

Antonio Vallés Arándiga es, además de doctor en psicología y experto en esta área, pedagogo y profesor en la Universidad de Alicante, donde ha producido numerosas publicaciones educativas, especialmente sobre inteligencia educativa. Además, imparte formación sobre esta materia en muchos centros de enseñanza privada de todo el país.