La crisis se hace sentir en los tres puntos limpios del Norte

El punto limpio de La Orotava está ubicado en San Jerónimo. | MOISÉS PÉREZ

GABRIELA GULESSERIAN | Puerto de la Cruz

Los puntos limpios, instalaciones destinadas a verter los residuos previamente seleccionados y de manera gratuita para tratarlos adecuadamente y evitar que el medio ambiente se deteriore, no escapan a la actual crisis económica. De hecho, el número de usuarios ha experimentado un ligero descenso en los dos últimos años y no solo en los tres del Norte, ubicados en Buenavista, La Guancha y La Orotava. En los ocho que alberga la Isla se pasó de 112.015 usuarios en 2010 a 100.141 en 2011. La disminución también repercutió en el total de la recogida selectiva, 17.912.694 kilos el primer año contra los 17.301.833 kilos del segundo.

Así lo confirma a este periódico el consejero de Sostenibilidad de Recursos y Energía del Cabildo de Tenerife, Miguel Díaz Llanos, aunque subraya que la tendencia de la mayor parte de los ciudadanos sigue siendo apostar por el reciclaje de la basura pese a que todavía “queda mucho por hacer”.

No obstante, asegura que determinadas iniciativas, como la puesta en marcha del Plan de Residuos de Tenerife, y otras de carácter más local, como charlas y cursos, hubiesen tenido más repercusión y mejores resultados si el factor económico no fuera un condicionante importante.

Los tres puntos limpios del Norte registran un movimiento similar. El tipo de residuo que contabiliza un mayor volumen es el de escombros con 2.287.500 kilogramos, seguidos de los muebles (280.920 kilogramos), pese a que Buenavista no tuvo entregas el año pasado, y la madera (262.420 kilogramos).

Entre los que menos se han depositado en las tres instalaciones se encuentran las radiografías (180 kilogramos), textiles (245) y aerosoles (248). Cabe destacar que los textiles corresponden solo al punto limpio de Buenavista, que no registró el año pasado ninguna entrada de aerosoles y radiografías.

RESPONSABILIDAD EMPRESARIAL

Miguel Díaz Llanos recuerda que las empresas tienen una responsabilidad importante en el reciclaje y el medio ambiente dado que están obligadas a recoger los productos que venden una vez que estos ya no se utilizan. El ejemplo más claro es el de los electrodomésticos.
El consejero insular subraya que el trabajo con los residuos no se ve a corto plazo pero “se ha avanzado mucho en los últimos años”. En su opinión, es necesario buscar un objetivo que estimule a la población, como ha ocurrido con las tapas de plástico de las botellas, que se destinan a fines y proyectos sociales.

Miguel Díaz Llanos cree más en la motivación que en la penalización. Por eso, contra la máxima “el que contamina paga”, él prefiere “el que no contamina es premiado”. En este sentido, recalca que el Cabildo de Tenerife sigue apostando por empresas de reciclaje “para que la basura que se genera en Canarias se quede en Canarias”, dado que se pueden crear muchos puestos de trabajo.