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El acusado niega haber tirado por la borda al finado, que estaba ebrio

   

El acusado, D. M. J., ayer durante el juicio. | DA

El acusado, D. M. J., ayer durante el juicio. | DA

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Lo niega todo y su abogado defensor recalca que sólo un testimonio que fue rectificado un año después de los hechos señala a D. M. J. como culpable de un delito de homicidio por el que le piden 12 años de prisión y que indemnice a los herederos de la víctima con 120.000 euros.

La Sección Sexta de la Audiencia provincial de Santa Cruz de Tenerife celebró ayer la primera sesión de un juicio con jurado en la que la antigüedad de los hechos, datados el 7 de noviembre de 1996, ya suponen de por sí noticia y auguran, en caso de condena, la apreciación de la atenuante por dilaciones indebidas.

Tras la elección de los miembros del tribunal popular, las partes procedieron a exponer sus posiciones para posteriormente tomar declaración al acusado, quien clamó por su inocencia en todo momento.


TRAVESÍA MARÍTIMO-ETÍLICA

Por lo que respecta a la Fiscalía, su relato pasa por un viaje turístico por la costa del suroeste tinerfeño donde el alcohol era claro protagonista y durante el cual uno de los pasajeros habría sido arrojado al mar por el acusado.

El relato exacto recogido en el escrito de acusación destaca que, cuando el acusado hablaba con una chica, la víctima se dirigió a ellos “en evidente estado de embriaguez, por lo que el acusado se dirigió a la chica y le dijo ‘¿lo tiro por la borda?’ para acto seguido, sin dar tiempo a que la joven pudiera contestar (…) se agachó, lo cogió por las piernas a la altura de las rodillas, se puso en pie y lo tomó por la borda”.

Este relato es negado tanto por la defensa como por el propio acusado, que sostienen que nadie vio cómo la víctima cayó al mar y que sólo el acusado lanzó un salvavidas e incluso hizo amago de lanzarse para rescatarlo, siendo disuadido por la chica y sus amigos, que le recordaron que el barco daría la vuelta para buscarle.

Si bien tanto el hecho del salvavidas como el del amago de rescate son confirmados por la acusación pública, será en el día de hoy cuando testifique la testigo clave de este proceso.

Lamentablemente, el barco donde viajaban estos turistas, de nombre Albatros, tardó en dar la vuelta en pos del infortunado, por lo que el atardecer y el alto grado de embriaguez de la víctima hicieron el resto. Cuando otra embarcación -Capricho vasco- lo divisó un par de horas después, ya era cadáver.

FURIOSOS

Por su parte, los padres de la víctima se enteraron el pasado miércoles por la prensa de la celebración del juicio.

Según personas cercanas a su círculo, están furiosos porque no se ha citado a otros testigos que sí habrían arrojado luz sobre este caso, así como que no se haya incluido en el sumario una segunda autopsia hecha en Irlanda, que a diferencia de la que se llevó a cabo en Tenerife sí señalaría que el chico tenía lesiones en el cuerpo que podrían suponer indicios de un intento de defensa.

EL ALCOHOL Y LOS IDIOMAS, INESPERADOS PROTAGONISTAS

Bastaba conocer algo el viejo caso del ahogado del Albatros para entender que la ingesta de bebidas alcohólicas iba a tener cierto protagonismo en el juicio, no en balde la víctima presentaba un alto grado de embriaguez según la autopsia.

Los juegos para su ingesta masiva eran constantes durante la travesía y había barra libre ya que se incluía su precio en el billete inicial, por lo que no es difícil imaginar que la borrachera era generalizada.

El propio acusado reconoció ayer que había bebido cinco o seis recipientes de cerveza. Lo que nadie esperaba es que, cuando el fiscal le cuestionaba acerca de ciertas incoherencias entre la declaración que prestó en Madrid y la de ayer, el acusado señalara primero al abogado, al que acusó de estar borracho en esa toma de declaración, y luego al intérprete de entonces, del que dijo que era “alemán que no sabía ni inglés ni español”. Cuando se le volvió a preguntar sobre el nivel de inglés de dicho intérprete, repitió para asombro de los presentes: “Habla inglés como el juez”.