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En las entrañas de Chamoco

   

NORBERTO CHIJEB | Güímar

Portada de la guía que ya se puede adquirir en la librería La Isla. / DA

Portada de la guía que ya se puede adquirir en la librería La Isla. / DA

El barranco de Chamoco, más conocido como de Badajoz, es uno de los grandes secretos que entraña el valle de Güímar, a tenor de lo que manifiesta José Luis Cenzual Venancio, autor de una completísima guía que recorre de manera sencilla el paisaje, la historia y la biodiversidad de un enclave que aún hoy guarda en su interior muchos misterios.

Misterios que en opinión del autor de la guía “no han sido debidamente investigado”, sin querer contradecir o poner en duda los relatos históricos desde los primeros años de la conquista a nuestros días, aunque Cenzual sí se atreve a ofrecer su opinión sobre el príncipe Añaterve y su relación con Juan de Badajoz. “Al final no quedó bien ni con los castellanos ni tampoco con los suyos; Bencomo le acusó de pacificador”, afirma el autor de la pequeña guía.

Pinceladas históricas como estas, ocurridas en el entorno a la bella de cueva de El Cañizo, se recogen en una publicación de apenas treinta páginas que no trata de ser otra cosa que un detalle para aprender a amar un barranco extraordinario que alcanza los 12 kilómetros de longitud desde la llamada Cascadas hasta la costa, aunque el rutómetro que se adjunta solo llega hasta Los Zarzales, justo donde comienzan las extracciones de áridos que tanto daño le han hecho en el último medio siglo a un enclave digno de un mayor conocimiento.

Para ayudar a ese conocimiento, Juan Luis Cenzual ha dedicado casi dos años a la realización de la guía, debido sobre todo a conseguir “fotografiar la floración de las plantas, algunas en invierno, como la magarza o el bicacaro, en primavera”.

Todas las fotografías y textos son originales, contando para ello con un amplio equipo de colaboradores como los fotógrafos José Alberto de León, Abraham Aránega Benítez o Juan Mazuelas, de director artístico.

En ella se recoge un pequeño relato de la conquista castellana y de los muchos misterios que albergan algunos de los lugares más singulares del barranco, aunque en realidad, el gran valor de esta publicación es su contenido biológico y geológico, como reconoce su propio autor, destacando el gran valor que en esta materia tiene el sendero que nos proponen, sin olvidar el interés cultural y de leyendas, como la de la Niña de las Peras, que este sitio ha protagonizado a lo largo de cinco siglos.

Todo el entorno del barranco refleja los escombros y sedimentos derivados de la explotación de galerías de agua, íntimamente ligadas a Chamoco. La orografía que se describe es extremadamente accidentada, abrupta e inaccesible en sus laderas, “aunque su cauce nos permitirá visitarlo con facilidad”, relata Cenzual que destaca también la belleza de “los impresionantes cantos rodados que ven a lo largo del camino”.

En la guía se recomienda el sendero Los Zarzales-Galería de Izaña, de 2.470 metros, a disfrutar entre tres y cuatro horas, con una altitud que va desde los 600 a 1.000 metros, con una única cuesta muy pronunciada, en la Cascada del Cabuco. La dificultad es media, atendiendo a una buena meteorología.