X
tenerife>

“Es posible abandonar la violencia de género y vivir independiente”

   

Julieta martin sa

Julieta Martín Sá dirige la red que defiende a las víctimas de violencia de género en la isla de Tenerife. | DA

DIARIO DE AVISOS | Santa Cruz de Tenerife

Si alguien le hubiera dicho a Julieta Martín Sá, cuando estudiaba Psicología, que un día estaría al frente de la red que existe en Tenerife para proteger a las víctimas de violencia machista, hubiera provocado en ella un desconcierto absoluto. Pero su profesionalidad y buen hacer la han puesto en el lugar que ahora ocupa, en la dirección de la Unidad de Violencia de Género del Instituto Insular de Atención Social y Sociosanitaria (IASS), del Cabildo de Tenerife, tras unos años en el Ayuntamiento de La Guancha. Para esta palmera de nacimiento todo esfuerzo es poco cuando se trata de dar un paso más en la lucha contra este tipo de violencia, y de amparar y proteger a sus inocentes víctimas: las mujeres y sus hijos”.

-¿Cuál es el papel de la Unidad de Violencia de Género dentro del Instituto de Atención Social y Sociosanitaria?
“Esta unidad es la responsable del desempeño de las competencias del Cabildo en materia de violencia de género, tanto en la atención directa a las víctimas y a sus hijos e hijas (que es la función principal), como en el marco de la misma prevención. Cumple también un papel importante en la sistematización de la información, de manera que se llevan a cabo trabajos y análisis estadísticos que permiten estudiar la realidad insular”.

-¿Con qué recursos cuenta?
“La unidad para la atención directa a las víctimas cuenta con un Dispositivo de Emergencia para Mujeres Agredidas, un Centro de Acogida Inmediata, tres casas de acogida (con un total de 19 plazas), cuatro pisos tutelados (con 14 plazas), y 11 servicios de Atención a la Mujer distribuidos por toda la Isla. En los servicios de Atención a la Mujer se lleva a cabo la atención ambulatoria con todas las mujeres usuarias de la Red Insular en los ámbitos psicológico, jurídico, social, laboral y, también, servicio psicológico de menores. Se atiende en torno a 3.000 mujeres anualmente”.

-¿Cuál es el perfil de la usuaria?
“No hay perfil de víctima de violencia doméstica. La única condición es la de ser mujer, independientemente de que tenga empleo, formación o una edad determinada”.

-¿Hay luz al final del túnel para todas ellas?
“Por supuesto. El mensaje que quiero transmitir es que abandonar la violencia machista y vivir de forma independiente es posible. Lo importante es que las mujeres accedan a los recursos y servicios para su atención”.

-¿Y los niños? ¿Qué pasa con ellos?
“Desgraciadamente, los menores y las menores son siempre víctimas indirectas de la violencia que reciben sus madres y, en más ocasiones de las deseadas, reciben violencia de forma directa, siendo golpeados y/o insultados por los agresores, que en su gran mayoría son los progenitores masculinos, es decir, sus padres biológicos. Contamos con profesionales de la psicología infantil que atienden, principalmente, a los hijos e hijas de las mujeres acogidas en los recursos de la red; es decir, casas y pisos. También prestamos atención a los menores de las mujeres que son atendidas de forma ambulatoria, que no necesitan acogimiento. Con esta intervención, además de tratar las secuelas que esta violencia ha dejado, pretendemos prevenir comportamientos agresivos en el futuro, evitando que entiendan la violencia como forma de relacionarse con sus iguales”.

-¿Cómo se sale adelante en momentos de crisis?
“Pues de igual manera que el resto de la sociedad, con muchas dificultades. Pero es importante destacar que las mujeres siempre tenemos más dificultades para acceder al mercado laboral. A ello hay que sumarle que en la mayoría de los casos, las mujeres cuentan con poca formación y la casi inexistencia de experiencia profesional, puesto que el aislamiento y el control de las amistades y el tiempo forma parte de la violencia a la que han estado sometidas. Hay que sumarle también que, normalmente, tienen varios menores a cargo, lo que supone un peso importante en relación a los cuidados. Todo esto sumado a la situación de crisis actual, en la que prácticamente no se genera empleo, obliga a las mujeres a vivir en la precariedad, con trabajos en economía sumergida y con el cobro de ayudas económicas básicas que no dan ni para cubrir los gastos de alimentación y alquiler. Aun así, es importante destacar que las mujeres que han pasado por la Red Insular, casi en un noventa por ciento, han sido capaces de iniciar una nueva vida al margen de la situación de violencia”.

-Y dentro de esta difícil situación, ¿cuáles son los retos para el futuro, los proyectos de gestión?
“Lo más importante en estos momentos es poder mantener la Red Insular con la que contamos en la actualidad, de manera que garanticemos una atención integral a todas las mujeres atendidas. También lo es poder contar con un presupuesto en prevención que permita desarrollar un programa dirigido a toda la población, tanto formativo como de sensibilización, puesto que en la prevención es donde está la solución a este problema”.

-¿Qué papel juega la familia en la vida de las personas víctimas de violencia doméstica?
“La familia para las víctimas es igual que para cualquier otra persona. En estos casos, además, el agresor suele mantenerlas aisladas, tanto de la familia como de las amistades, porque es la mejor forma de hacerlas dependientes. Contar con el apoyo emocional ya es una ayuda importante para mantener la decisión tomada”.