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Espectáculo para todos

   

Boxeo Tenerife

Una imagen de uno de los combates de la velada. / SERGIO MÉNDEZ

JUAN S. SÁNCHEZ | Santa Cruz de Tenerife

Fue un espectáculo apto para todos los públicos. El Pancho Camurria volvió a servir de escenario ideal para una velada de boxeo marcada por la polémica suscitada durante toda la semana sobre los menores de edad y su relación con el noble arte. Fue una lección que debieron presenciar los impulsores de esa idea de sacar del boxeo a los jóvenes que no hayan cumplido los 18 años de edad. Lástima que para conocer el boxeo desde sus entrañas no tengan tiempo.

La velada sirvió para mostrar el buen nivel alcanzado por los jóvenes púgiles tinerfeños. Desde el primer combate hasta el último se vieron buenas maneras. La noche la abrió el duelo entre Caco (Barreto) y Teo (Povedano) que brindaron un combate muy bonito en el que los jueces dieron ganador al primero pero el resultado pudo haber sido favorable a cualquiera de los dos deportistas. Luego, Selem (Povedano) venció sorprendentemente a Tineri (Güímar) en un duelo en el que el güimarero no estuvo a su altura y fue superado.

El compromiso entre Romén y Moi (Dude) no defraudó. El primero, más rodado, se hizo con la victoria en un combate intenso y bonito. Isai (Dude), Ayoze y Jerday, los dos del TFC se impusieron con claridad en sus respectivos combates. En los duelos neoprofesionales Óscar (Champions) fue mucho mejor que Ruymán y Alexis Concepción (Dude) superó desde principio hasta el fin de la velada a Fabio (Cuadrilátero).

La polémica llegó en la injusta victoria de Cristian (Moi Rui) sobre Mustafá en un combate en el que el pupilo de Ratón había sido mejor en los tres primeros asaltos, hasta el punto de llegar a derribar a su rival al comienzo del segundo episodio.

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GRANDES, MENORES Y DEVOLUCIONES

Fue una noche para reivindicar el boxeo ante la injusticia y la discriminación de la semana. El público se comportó como siempre lo hace, con deportividad y encima del cuadrilátero hubo espectáculo y nobleza. También hubo menores demostrando sobre el ring que están en el boxeo por amor a este deporte. El significado de esa contienda fue el del espíritu del boxeo elevado a la máxima potencia del deporte. En las taquillas se colgó el aviso de que estaba prohibida la entrada a menores de 18 años, pero según la interpretación de la ley de 1997 a la que se ha hecho referencia en estos días, los menores que sabían que lo que iban a ver dentro del Pancho Camurria sí era deporte, podían entrar. Así, en las gradas se pudo a ver unos cuantos disfrutando del noble arte. Los que no quisieron pasar fueron atendidos en la taquilla, devolvieron su entrada y se les reembolsó el importe de la localidad. Así, hasta 60 personas tomaron esa decisión.

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