NICOLÁS DORTA | Arona
Foto: DANIEL CETRULO
“Mi vida ha cambiado muchísimo”, dice Francisco Niño (Madrid, 4 abril de 1959), desde que hace poco más de tres meses es alcalde. Habla en el despacho del centro cultural de Los Cristianos, donde acaba de llegar y en media hora presenta una jornada sobre búsqueda de empleo organizada por la Cámara de Comercio. Son las 11 de la mañana, y a las 12 tiene que estar en los juzgados. Asuntos personales, pero asuntos al fin y al cabo, que no paran en su apretada agenda. Niño, médico de familia y pediatra, que con un mes de vida se trasladó a Las Palmas, ciudad que quiere, donde estudió la carrera de Medicina para acabarla en la Universidad de La Laguna. Se ha casado dos veces y se ha divorciado dos veces. Tiene tres hijos, todos dedicados la medicina. Hospiten Sur y el Centro de Salud de Los Cristianos, donde tiene la plaza, han sido su casa. Ahora lo es el Ayuntamiento de Arona, algo totalmente diferente, al que reconoce, debe adaptarse poco a poco a gobernar y a no dejarse gobernar. “Estoy aprendiendo a ser alcalde”, sostiene.
-Cumple usted tres meses de gobierno. ¿cómo los valora?.
“De estar de concejal de Turismo hasta ahora, a ser alcalde, supone un cambio tremendo. Hasta coger la Alcaldía podía compaginar la labor asistencial médica con la de concejal en la medida de mis posibilidades. Ahora la sobrecarga de trabajo es grande y requiere un esfuerzo mayor, y muchas veces te planteas que el día lo han hecho muy corto. Soy una persona dinámica en ese aspecto y quiero siempre buscar soluciones rápidas y el mejor camino. Pero la sistemática municipal te desespera un poco. Es diferente, soy de los que cierran el asunto, como lo hice en medicina pero en el Ayuntamiento es distinto, parece que sin cerrar una puerta ya se están abriendo tres más. Todo esto contando con un equipo de gobierno y sobre todo el equipazo que hay a nivel de funcionarios”.
-¿Cuál es su objetivo a corto y medio plazo?
“Mi objetivo es intentar agilizar lo más posible el Ayuntamiento para dar respuesta a los vecinos, darle una estabilidad que hasta ahora no habíamos podido conseguir. Estoy en un proceso de adaptación en un gobierno que tenía un alcalde de mucho peso, como era José Alberto González Reverón, con un equipo que yo tampoco he seleccionado, y eso requiere un proceso. Soy un engranaje más de este equipo. Creo que hay que tranquilizar las aguas y eso es lo complicado. Todos los días surgen nuevos retos y proyectos”.
-¿Habla usted de tranquilizar la aguas a nivel de compañeros?
“Nosotros somos un eslabón más en la cadena. Los funcionarios son lo importante, que van a seguir existiendo, nosotros estamos de paso. Nos ha elegido para que seamos su cabeza. Yo busco Arona que sea un municipio líder, que sea el referente a nivel del sur, apoyándose en otros municipios sin quitarle el protagonismo. Tenemos muchos recursos y zonas con mucho futuro. Esto lo debemos aprovechar, como la playa de Los Tarajales”.
-Pero ese proyecto está paradísimo…
“No es que esté paradísimo, el asunto de impacto medioambiental está y ahora vamos a a retomarlo, viendo los emisarios, que la arena sea la adecuada de la playa, estableciendo los condicionantes técnicos para que sea duradero y un referente. Lo que tenemos claro es que debemos ser una potencia turística, con cierto caché pero cuando haces algo muchas veces no es fácil. Hay otras zonas residenciales como El Palm-Mar, que tienen mucho potencial”.
-La designación para la Alcaldía no estuvo exenta de polémica para sustituir a González Reverón. Se habla de que hay ciertas tensiones, de que el grupo de gobierno está dividido…
“No todos somos iguales y eso se ve. Cuando yo decido dar el paso adelante para mi era un reto y evidentemente tenía que renunciar a muchas cosas, como la estabilidad, y aun así me comprometí. Yo me he caído y he remontado varias veces y puedo estar tranquilo porque siempre tendré mi profesión. Hay gente consolidada en el grupo de gobierno con gran experiencia en el municipio y esa gente hay que aprovecharla. Ellos dan todo lo que pueden. En esta coyuntura, en mi caso, la experiencia se aprende con el tiempo. Soy una persona inquieta que trata de buscar soluciones. Los funcionarios son los que más saben y en los que yo me apoyo”.
-Su gobierno tiene un portavoz, Antonio Sosa, pero en los plenos habla ahora todo el mundo…
“Lo que pasa es que yo les dejo hablar siempre que haya flexibilidad. Hay que tratar de evitar que se creen asperezas, entre unos y otros. Tenemos mayoría absoluta y esto no se va a quitar hasta nuevas elecciones. El poder tener un talante dialogante es importante siempre y cuando sea razonable. Yo no me voy a tirar a la piscina si no hay agua”.
-¿Sigue José Alberto González Reverón influyendo en las decisiones del grupo de gobierno?
“Estamos en un periodo de transición, yo no soy de las personas que cree tener la verdad absoluta, pero la última decisión la tomo yo si nadie se pone de acuerdo. Siempre me gusta que haya un buen entendimiento y que todos apoyen esa postura, pero si no se llega a un acuerdo la decisión la tomo yo. José Alberto González Reverón creó una sistemática de trabajar. Yo hablo con él, comento, tengo amistad personal, tenemos pendiente una cena, pero no ha habido tiempo material”.
-¿Crees que ha habido corrupción en el gobierno municipal de Arona?
“Yo soy respetuoso con estos asuntos, no me puedo mojar porque tampoco conozco los intríngulis de lo que pasó ahí, si nos referimos al conocido caso Arona. De eso se encargan los juzgados, de aclarar las cosas. Lo que si es cierto es que con respecto a la corrupción, en una camisa blanca, una mancha de tinta negra se nota un montón, y te estropea toda la camisa. Ese es el gran problema”.
-¿Piensa en presentarse a la Alcaldía para las próximas elecciones?
“Eso dependerá del comité local y de que yo vea que hago algo útil. Si no me veo capacitado no lo haré, pero ahora mismo estoy aprendiendo”.
-Su gobierno ha dado una imagen lamentable con la situación de los socorristas, que todavía no han cobrado y siguen sin empresa. ¿Qué pasó con este asunto?
“Cierto, es una imagen deplorable, evidentemente, sobre todo por la injusticia de esas personas, que están sin trabajo. No hemos parado para intentar solucionar el tema. Estamos con la última resolución porque los tiempos no los podemos saltar. La última empresa también ha renunciado e iniciamos los trámites para adjudicar cuanto antes el servicio. Ahora está en periodo de licitación. Sabemos la senda que hay que seguir y este servicio lo debemos poner en el sitio donde estaba lo antes posible. Lo que nosotros no podemos es asumir las deudas de los demás, tapar los agujeros de otros por la mala gestión”.
-Pero ustedes adjudicaron el servicio de salvamento y socorrismo. Alguna responsabilidad tendrán…
“Evidentemente, y nos tocará pagar una parte”.