AGENCIAS | Roma
El cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio, de 76 años, arzobispo de Buenos Aires, se convirtió ayer en el pontífice número 266 de la Iglesia católica, en sustitución del ya papa emérito Benedicto XVI, quien hizo efectiva su renuncia el pasado 28 de febrero. Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936 en la capital argentina, en el seno de un matrimonio de italianos formado por Mario Bergoglio, un empleado ferroviario, y Regina.
Bergoglio salió anoche al balcón de la plaza de San Pedro como el papa Francisco, vestido todo de blanco y con una sencilla cruz que le colgaba, a diferencia del resto de los pontífices, que llevaban más ornamentos. El papa Francisco fue elegido tras dos días de cónclave y es ya el primer jesuita de la historia en ostentar la más alta dignidad católica. También se ha erigido en el primer pontífice nacido en América, en este caso en la zona hispana del Viejo Continente.
En 1958, Bergoglio comenzó el noviciado en la Compañía de Jesús, por lo que se trasladó a Santiago de Chile, donde llevó a cabo estudios humanísticos, y en 1964 regresó a Buenos Aires para dedicarse a la docencia de Literatura y Psicología en el colegio de El Salvador. Su sacerdocio comenzó el 13 de diciembre de 1969, año en el que se desplazó a España para cumplir su tercer “probandato” (periodo que sirve para preparar intelectualmente a los jóvenes sacerdotes) en la Universidad Alcalá de Henares de Madrid. En 1972 regresó a Argentina. Su nombramiento como obispo llegó el 20 de mayo de 1992. Cuatro años más tarde fue nombrado arzobispo coauditor de Buenos Aires y en 1998, tras la muerte del arzobispo y cardenal Quarracino, se convirtió en el arzobispo de Buenos Aires.
Bergoglio recibió la púrpura de manos de Juan Pablo II el 21 de febrero de 2001.