T. F. | Santa Cruz de Tenerife
Una fecha, un logotipo y, por qué no, el nombre del futbolista de moda sirven a los narcotraficantes como inspiración a la hora de sellar su mercancÃa, de poner su marca a los fardos que cruzan los mares en busca de los consumidores previo paso por el menudeo. El último caso es el de los 600 kilos de hachÃs incautados a una decena de sospechosos tras su desembarco en La Punta del Hidalgo: todas las tabletas llevaban Messi 10.
Se supone que esta costumbre surge entre los carteles de la droga para dificultar las cosas a quienes se atrevieran a robar alijos. Ya se daba con los clásicos colombianos como ahora con los mexicanos, bolivianos y demás, para convertirse en una práctica habitual en todo el planeta.
Las continuas aprehensiones en el Archipiélago, incardinado entre dos rutas del narcotráfico mundial como son la que cruza el Atlántico y la que sube por el Oeste africano, permiten constatar esta práctica.
AsÃ, en marzo de 2007 se incautaron de decenas de kilos de hachÃs en el área metropolitana tinerfeña con el sello 2006, mientras que la tonelada y media de cocaÃna que iba rumbo a Ibiza en 2008 levaba el dibujo de una calavera. Vale todo: una fecha, un dibujo…, o una letra, como los 1.500 kilos de hachÃs que en junio de 2009 se aprehendieron en Añaza con la letra H impresa.
En resumen, una marca que, felizmente, también da pistas a los investigadores, claro.