NICOLÁS DORTA | Santiago del Teide
El hotel Señorío de Valle, inaugurado en 2009, lleva desde junio del año pasado cerrado, más de nueve meses, sin que el Cabildo haya sido capaz de resolver la adjudicación de estas instalaciones, cuya primera gestión fue un fracaso, por lo que la institución insular obligó, a petición del propio Ayuntamiento, a que el arrendatario abandonase este contrato. Fue objeto de denuncias por la errónea organización de eventos, entre otras cuestiones.
El alcalde de Santiago del Teide, Juan Damián Gorrín Ramos, dijo ayer que el Cabildo está a punto de adjudicar la explotación porque “ya hay una empresa disponible de las dos que quedaban”, afirmó. Fuentes del Cabildo añadieron que todavía el asunto no ha ido a comisión de Gobierno y tampoco han especificado cuándo se hará oficial esta adjudicación. “Para nosotros es muy importante que este hotel se abra cuanto antes porque sin duda dinamizaría el turismo en el municipio”, comentó el alcalde.
En agosto el Cabildo licitó de nuevo el hotel y por ahora nadie se ha hecho con la explotación de lo que se presentó como uno de los establecimientos turísticos más significativos en la Isla, rodeado de naturaleza, sobre más de 27.500 metros cuadrados, en pleno centro del Valle. El complejo cuenta con varias edificaciones, entre ellas, un hotel de tres estrellas de 1.982 metros cuadrados distribuidos en tres plantas con una capacidad para 40 plazas repartidas en 20 habitaciones dobles.
Además, el recinto incluye la denominada Casa del Patio, una construcción del siglo XVII con establos, casa del guarda, cuarto de aperos y un aparcamiento público de más de mil metros cuadrados. El Cabildo invirtió 4,5 millones de euros en la rehabilitación de esta obra como ejemplo de recuperación histórica del patrimonio tinerfeño. La importancia de este proyecto radica en que la casa data de finales del siglo XVII y poseía la era más grande del Archipiélago. Ahora sus instalaciones son propiedad insular.
LUGAR HISTÓRICO
El Señorío del Valle fue concedido por el Rey Felipe IV a Fernando del Hoyo y Solórzano en 1663, haciéndola Villa con jurisdicción civil y criminal. Dicho señorío se otorgó a Fernando del Hoya después de haber aceptado la Corona al estimarse la extensión del Valle de Santiago. En ese entonces, habitaban la villa poco más de 50 vecinos.