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Un juvenil de cachalote fue lo que impactó con el velero grancanario

   

Las fotografías de la cola permiten la identificación individual de los cachalotes. | NATACHA AGUILAR

Las fotografías de la cola permiten la identificación individual de los cachalotes. | NATACHA AGUILAR

DIARIO DE AVISOS | Santa Cruz de Tenerife

Un juvenil de cachalote de unos nueve metros de longitud, que nadaba en un grupo familiar acompañado de varios ejemplares adultos, fue el cetáceo que impactó el pasado domingo con un velero que navegaba a 8 nudos desde Tenerife a Gran Canaria, impulsado solo por la fuerza del viento y con la hélice recogida.

Así lo han dictaminado los especialistas de la Universidad de La Laguna, que recuerdan que los cachalotes pueden alcanzar más de 18 metros de largo y 56 toneladas, y las crías nacen con 3,5 a 4,5 metros, pesando alrededor de una tonelada. Este gran tamaño supone un golpe serio para un barco recreativo, aunque puede incluso pasar desapercibido en un gran buque, informan los expertos universitarios.

En Canarias los cachalotes se observan durante todo el año, a veces muy cerca de la costa, pero normalmente más cerca de la cota de mil metros de profundidad. Los cachalotes pasan una gran proporción de su tiempo en buceo, llegando a 3.000 metros de profundidad en inmersiones que pueden superar una hora, pero también pueden encontrarse socializando o viajando cerca de superficie, momentos en los que se incrementa la probabilidad de colisión.

Las colisiones de veleros con cetáceos han sido históricamente una leyenda negra para los navegantes, principalmente para los que dan la vuelta al mundo surcando las aguas en solitario, y no pueden mantener una vigía constante para evitarlas. En el caso del pasado domingo, el choque del velero con el juvenil de cachalote provocó la rotura del eje del timón, lo que hubiera sido de grave importancia si se hubiera dado en medio del océano. Esta vez no se produjeron daños humanos, y la embarcación de Salvamento Marino Salvamar Nunki rescató el barco y su tripulación. En cuanto al cachalote, los navegantes observaron sangre que indica que se produjo un corte en el animal, y se desconoce si se podrá recuperar del impacto.

Según detalla Natacha Aguilar, directora de investigación de cetáceos de la Universidad de La Laguna, hay estudios que demuestran que la probabilidad de que el choque sea letal está relacionada con la velocidad del barco, en el caso de buques de gran eslora.