X
tribuna alta > Antonio Alarcó

+ petróleo, + turismo – Por Antonio Alarcó

   

Sorprende las similitudes que existen entre dos lugares tan distantes en todos los aspectos como Canarias y Dubái. Aunque los avatares de la historia y la política han motivado una evolución dispar, estamos situados prácticamente en la misma latitud y rondamos los dos millones de habitantes, con una elevada densidad de población. Curiosamente, el desarrollo derivado del petróleo representa apenas una décima parte de la riqueza de este territorio, situado entre los principales destinos turísticos del mundo, con un volumen de visitantes que en 2015 podría superar los 15 millones de personas. Petróleo y turismo también conviven con máximo respeto al medio ambiente en Venezuela, México y Noruega, por ejemplo.

Salvando las diferencias sociales de toda índole, Canarias acumula siglos de experiencia en el sector turístico, y Dubái apenas tres décadas, pero el valor del Producto Interior Bruto del pequeño emirato supera con creces los 80.000 millones de dólares, para un desempleo de poco más del 4% de la población activa. Descontando el gas que pudiera existir, unos mil millones de barriles de petróleo podrían estar esperando en aguas europeas próximas a las Islas de Fuerteventura y Lanzarote, como perfecto complemento del turismo, encaminado a rebajar una tasa de paro cercana al 35% de nuestra población. Las autorizaciones del Gobierno de España para efectuar prospecciones a más de 60 kilómetros de las costas canarias, han generado una injustificada alarma, convenientemente azuzada por sectores de Coalición Canaria y Partido Socialista, instalados falsamente en el fundamentalismo ecologista. Cuando nuestra factura energética anual supera los 5.000 millones de euros, y consumimos diariamente el equivalente a 100.000 barriles de petróleo, es evidente que no podemos permitirnos el lujo de desdeñar nuevos recursos. Sería irresponsable e incomprensible renunciar a sacar partido de nuestra riqueza natural. Es más, el Gobierno de la Nación ha previsto un tributo que gravaría la extracción de petróleo, deparando grandes ingresos para las Islas a través de nuestro Régimen Económico y Fiscal. Nuestra economía, además, recibiría nuevos bríos a través de la industria petrolera que podría implantarse en las Islas, con el consiguiente incremento del tráfico aeroportuario y naval. Liderando la tesis contraria, y cada vez más aislado, se encuentra el presidente del Ejecutivo regional, Paulino Rivero, quien seguramente ignore que la primera especie a proteger es el hombre, y que el desarrollo sostenible pasa por aprovechar nuestros recursos y garantizar nuestro futuro, sin atentar contra el medio ambiente. Desinformando respecto a los beneficios que el petróleo o el gas pueden conllevar -como recogía su propio programa electoral-, Rivero está perdiendo el tiempo de todos los canarios. Tampoco está trabajando en adecuar nuestro marco jurídico, los planes de estudios de nuestras Universidades y la formación profesional, o el equipamiento de nuestras infraestructuras y tejido empresarial. Prefiere escudarse en el riesgo para el turismo y el medio ambiente, pero no habla de lo difícilmente imaginable que sería nuestro principal sector económico sin este producto: Los 12 millones de turistas que nos eligen cada año, vienen en avión, y en menor medida en barco, para luego desplazarse en coche o guagua. Conectividad y energía fósil, de momento, van parejas y por muchos años. El presidente, de hecho, vuelve a errar cuando relaciona a su propio partido político con las instituciones en las que está presente, avisando irresponsablemente de fracturas en Canarias por la defensa de las prospecciones que empiezan a realizar, aunque tímidamente, voces autorizadas de su partido. ¿No será, más bien, que ve surgir nuevas grietas en Coalición Canaria ante las divergencias que se adivinan en un asunto tan claro y contundente como nuestro desarrollo, en el que todos deberíamos ir a una? A más petróleo, más turismo, más riqueza y más respeto al medio ambiente, para más calidad de vida y más justicia social. Es un nuevo ejemplo de que las soluciones que requiere Canarias para sus grandes problemas son nacionales y europeas, nunca nacionalistas.

Antonio Alarcó es SENADOR DEL PP POR TENERIFE
alarco@tenerife.es
@aalarcoblog