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Sandro, Ibrahim y Zeben iluminan una noche de sombras

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Ibrahim trata de llegar en gancho al mentón de Matamoros. / SERGIO MÉNDEZ

JUAN S. SÁNCHEZ | Adeje

Sandro Domínguez eclipsó el retorno de Zeben Díaz e Ibrahim López a los cuadriláteros, y se convirtió en el gran triunfador de la velada del Torneo Futuros Campeones que se celebró en el pabellón de Las Torres, en Adeje. Fue una gran cita para el boxeo local, donde se demostró que los jóvenes tinerfeños pueden competir de tú a tú con los mejores prospectos del boxeo nacional.

Lo demostró Jonathan Espinoza, pese a su derrota por puntos ante Hamza Misaui. La Roca fue fiel a su estilo, más cercano al profesionalismo. Dio la cara durante todos los asaltos y estuvo cerca de remontar la pelea, pero la renta que acumuló Misaui a base de sus directos de izquierdas, se hizo demasiado grande.

Jonathan García empezó muy fuerte ante el grancanario Jerobe Santana, pero con el paso de los asaltos fue decayendo en su ritmo y encontrándose incómodo ante un rival que terminó boxeando mejor.

Cheick Dioum se midió a un duro rival, Francisco Javier Cortecero, que supo contrarrestar el poderoso nivel físico del senegalés e interpretar el trabajo que tenía que hacer para sumar más y trabajar en la distancia que mejor le convenía. Cheick fue víctima de su propia frustración y se bajó del cuadrilátero cargando la derrota y, además, dio una imagen de escasa deportividad al no reconocer que su rival había sido mejor en el cómputo global de los cuatro asaltos.

Joelmis Scardigno no tuvo opciones frente a un Narcisse Njoise que le sacó 14 kilos en el pesaje y que sobre el ring le podía llevar una veintena de kilos de diferencia. Cada golpe de Njoise se dejaba sentir en la guardia de Joelmis, uno de los fajadores más duros del panorama canario. No hubo historia y, tras varias cuentas de protección, El Canelo tuvo que desistir en su voluntarioso intento de vencer a un rival que impuso su fortaleza.

La presión creció entonces para los otros dos representantes tinerfeños en el torneo. Cuatro derrotas en cuatro combates eran un duro balance. Orestes Molina asumió su responsabilidad y saltó al cuadrilátero con escaso periodo de preparación por el nacimiento de su hija y con un rival complicado delante, el pupilo de Javier Castillejo, Clark Telemanau.

Orestes no estuvo fluido ni mostró su boxeo habitual en los cuatro asaltos que duró el pleito. Su rival tampoco le permitió el lucimiento en un compromiso en el que la calidad de Orestes terminó imponiéndose.

Los duelos del torneo se acabaron con la aparición de Sandro Domínguez. El fajador sureño se medía al zurdo Cristian Molina, miembro de la selección nacional en la que Sandro podría estar perfectamente. Así lo demostró ganando antes del límite a un Molina que comenzó bien pero fue cediendo poco a poco ante la rapidez, explosividad y precisión de un Sandro que conquistó a todos los presentes y se coloca como favorito para llevarse el cinturón en el peso ligero.

La noche se cerró de forma brillante en los dos combates profesionales. Casi seis años después de su último compromiso en el noble arte, Zeben Díaz demostró estar en disposición de hacer grandes cosas despachando a un rival incómodo y poco ortodoxo como Hicham Hanini, tras un gancho de derecha de libro en el segundo asalto.

Ibrahim López consiguió lo que buscaba, rodar tras cinco meses parado y vencer antes del límite a un Álex Matamoros que no fue la perita en dulce que se había anunciado.