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A VECES SOY HUMANO>

Soledad entre la multitud – Por Félix Díaz Hernández

   

Hay quien le tiene miedo; hay quien no sabe sobrevivir bajo su influjo; hay quien la cultiva; hay quien la evita a cualquier precio; hay quien no sabe disfrutarla; hay quien la desea; hay quien le canta; hay quien la padece en silencio; hay quien pregona su presencia; hay quien pagaría por ella; hay a quien se la prescribió su médico de cabecera…

La soledad suele estar considerada casi como un estigma, un padecimiento vergonzante en esta sociedad nuestra tan social, tan conectada.

Una sociedad en la que quien sabe mover los hilos de las relaciones sociales parte desde la pole position en la carrera diaria de esta vida que nos hemos buscado o que nos imponen. Ese paradigma, esa contradicción que nos dice que, a pesar de los avances tecnológicos vinculados a la comunicación, mayor interacción y conectividad entre las personas, estamos más solos que nunca. Y cuanto antes lo aceptemos mejor.

La soledad genera, en muchos casos que acaban en las consultas de galenos especializados o psicólogos, frustración, incomprensión, falta de confianza en sí mismo, cierto halo de fracaso; pero como casi todo en nuestra existencia posee un doble fondo que en escasas ocasiones atisbamos a explorar. Sea elegida o producto de las circunstancias, el aislamiento, la falta de contacto con otras personas aporta algunas potencialidades que debemos aprender a aprovechar.

Eso sí, corresponde a cada uno descubrirlo, porque a pesar de los miles de libros, libritos y manuales que analizan este fenómeno, la respuesta que ofrece la soledad, bien dosificada, únicamente se la encuentra cada uno cuando piensa, reflexiona y vive en soledad, por supuesto.

@felixdiazhdez