N. T. | Santa Cruz de Tenerife
El trabajo es lento pero firme, asegura la edil de Asuntos Sociales de Santa Cruz, Alicia Álvarez, para referirse al realojamiento de las personas que viven en la antigua fábrica de yogures Celgán, edificio que cuenta con una orden de derribo municipal desde hace casi dos meses. Según confirmó Álvarez ayer, ya son cuatro las familias que han logrado un alquiler para salir de la fábrica: “Dos de los alquileres los han conseguido los propios moradores de la fábrica y el resto nosotros. El trabajo es lento pero poco a poco se van consiguiendo cosas”.
La concejala aseguró que en estos momentos las personas que quedan en la Celgán, unas seis, cuentan con recursos propios y lo que se está haciendo desde la concejalía que dirige es intentar convencerlos para que abandonen el lugar. “Algunas tienen a dónde ir y nuestra labor es apoyarlos y convencerlos de que lo mejor para ellos es que abandonen la fábrica”.
De esta forma, en cuanto las personas que aún habitan el lugar lo abandonen definitivamente, el Ayuntamiento procederá al derribo de todas infraestructuras que han sido marcadas por los técnicos de urbanismo como inviables.
La alarma saltó hace unos dos meses cuando un patio interior del edificio principal se vino abajo, creando un enorme socavón que ponía en peligro la seguridad de las personas que se alojaban allí, hasta 15.
Desde entonces ha abandonado la fábrica una decena de personas.