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Los custodios del cielo

   

JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife
Fotos: MOISÉS PÉREZ

Herat, oeste de Afganistán. Miembros del contingente español desplazado hasta la zona reciben el aviso de que un grupo de no combatientes se encuentra en peligro, por lo que se precisa la evacuación de los mismos a la mayor brevedad posible. La intervención se encomienda al Batallón de Helicópteros de Maniobra (Bhelma) VI, en una operación que denominan NEO.

Hasta el lugar se desplazarán tres de sus aparatos, uno de los cuales servirá para trasladar al personal civil. Buena parte de la acción se desarrollará de noche y en una zona de máximo riesgo, por lo que los pilotos deberán sobrevolar la zona a oscuras y con la única ayuda de unas gafas de visión nocturna, lo que pondrá a prueba la pericia de uno de los batallones con más experiencia de los que conforman la Aspfor XXXIII desplegada en el país asiático.

Aunque dista mucho de ser real, y con las lógicas licencias periodísticas, así se escriben algunos de los ejercicios tácticos que desde hace meses llevan a cabo en la zona de El Porís (en el cantón de Arico) los miembros del batallón Bhelma VI, que en las próximas semanas partirán hacia Afganistán en una misión internacional que se extenderá al menos hasta 2014.

Al mando del entonces comandante Ignacio Topete de Grassa, la unidad desembarcó en el Archipiélago el 26 de abril de 1986 y se instaló en el Acuartelamiento de Los Rodeos, en un viejo hangar del Ejército del Aire que fue remozado luego para su uso. Poco después se desplazó hasta las nuevas instalaciones construidas en la antigua zona aeroportuaria de Tenerife Norte, donde se encuentra desde 1993. En la actualidad, el batallón está formado por 193 personas, de los cuales 21 son oficiales, y cuenta con 10 helicópteros que han realizado más de 30.000 horas de vuelo y pueden desarrollar un amplio tipo de misiones. No en vano, a lo largo de las dos últimas décadas el personal de la unidad se ha integrado en los destacamentos que las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET) han desplegado en escenarios como el Turquestán, Irak, Kirguizistán, Bosnia, Kosovo, Líbano y el propio Afganistán. Además, el Bhelma VI ha llevado a cabo otras muchas acciones en las Islas, en colaboración con distintos organismos civiles, como Salvamento Marítimo, la Guardia Civil o la Unidad Militar de Emergencias (UME).

Como explica el jefe del batallón, el teniente coronel Enrique Poblador de Miguel, “desde el año 2009 pertenecemos al Mando de Canarias, y continuamente tratamos de evolucionar, adaptarnos y entrenarnos para estar al máximo nivel, para poder participar en las misiones que nos encomienden”. Y es que, además de su presencia en escenarios internacionales, el Bhelma VI ha sido de vital importancia en las últimas campañas contraincendios o frente a la erupción volcánica de El Hierro, donde los helicópteros del batallón realizaron un amplio despliegue de reconocimiento aéreo de la isla.

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[apunte]Los recortes llegan al cuartel
Los recortes en la Administración pública también se están dejando notar en los cuarteles, como reconoce el mismo teniente coronel Enrique Poblador. “Aunque no afectan a misiones como la que vamos a desarrollar en Afganistán, sí que hemos tenido que ajustar al máximo el presupuesto”. El proyecto del Ministerio de Defensa, denominado Visión 2025, contempla la reducción de 20.000 efectivos. De ellos, cerca del 50% serán del Ejército de Tierra, mientras el Ejército del Aire y la Armada prescindirán de 5.000 militares. El personal civil tampoco se libra del recorte, y en torno a 5.000 empleados dejarán sus puestos. Además, echarán el cierre arsenales e instalaciones de la Armada y también bases aéreas, para ahorrar en torno a 1.500 millones de euros.[/apunte]

Antes de la misión, todos -periodistas incluidos- asistimos a un briefing (informe instructivo) por parte de la unidad de seguridad en vuelo. En el mismo se analiza la tipología de la operación, los miembros que participan, la zona de vuelo donde se verifican los sectores prohibidos que los militares respetan escrupulosamente y, por último, la meteorología. Una buena planificación y gestión del material, con una previsión que puede llegar a dos años vista en cuanto a la disponibilidad de repuesto, lubricantes, líquidos hidráulicos, productos especiales y material fungible, “permite al personal de mantenimiento disponer de lo necesario para llevar a cabo sus tareas y asegurar una operatividad óptima, arguye uno de los pilotos”, quien expone que “los aparatos son sometidos a revisiones de mantenimiento preventivo cada vez que se cumple alguno de los parámetros establecidos, ya sea por horas de vuelo o tiempo (días, meses, años).

Diariamente se realiza una revisión prevuelo antes de cada salida, para garantizar que el aparato está en perfecto estado y otra postvuelo al regresar de la misión. “Para minimizar los riesgos se sigue una estricta política de mantenimiento preventivo, un plan de calidad, el plan de prevención de riesgos laborales y un completo plan de formación y entrenamiento de pilotos y de tripulaciones. Con estas medidas se consigue evitar, en la medida de lo posible, que se produzcan accidentes”, relata el teniente coronel Enrique Poblador, que insiste en que “todos los helicópteros de la unidad cuentan con el certificado de aeronavegabilidad firmado por un ingeniero aeronáutico cualificado”.
Este certificado se renueva anualmente, siendo requisito imprescindible que la aeronave esté operativa y haya pasado todas las inspecciones que le hayan correspondido desde la última certificación.

Un militar muestra el casco con visión nocturna. | M. P.

Un militar muestra el casco con visión nocturna. | M. P.

“La tripulación está en alerta continua, con apenas dos horas de tiempo máximo de respuesta”, recalca el teniente Moreta, uno de los responsables del ejercicio de evacuación en el que participó este periódico. “Somos la única compañía de helicópteros en Canarias que está dotada de gafas de visión nocturna, lo que nos permite realizar misiones de diversa índole, como el transporte de personal, evacuaciones sanitarias, cargas internas y externas, plataforma de fuego, radio-relé, etcétera”, subraya el teniente coronel de Artillería Enrique Poblador de Miguel, responsable de la unidad desde septiembre de 2011.

“Aunque puedan ser algo molestos para la población (los vuelos se realizan en torno a los 300 metros de altura y siempre sobre núcleos poco poblados), estos ejercicios son fundamentales para nuestra preparación y la formación de los pilotos”, reitera el teniente coronel Poblador, quien deja claro que “tenemos el máximo respeto por las zonas protegidas y sensibles para la flora y la fauna, y en la medida de lo posible intentamos evitar que se haga mucho ruido; por eso, las maniobras nunca terminan demasiado tarde”, recalca el responsable del batallón.

La noche ampara a los helicópteros HU-10, HU-18 y Super Puma, encargados de llevar a cabo a la operación NEO. El equipo de combate, compuesto por unas 15 personas, escolta al personal civil hasta un lugar seguro. Posibles insurgentes con armamento ligero amenazan la seguridad del rescate. Tras desplegarse por la zona y establecer un perímetro de control, responden a la llamada de los Vips, en este caso periodistas y fotógrafos de medios canarios.

En apenas una hora y media la acción concluye con éxito. El entrenamiento ha terminado. Esta vez no hubo siquiera fuego real, ni un enemigo al que batir. En Afganistán todo será muy diferente, aunque el objetivo siempre es el mismo: velar desde el cielo por la seguridad de cientos de víctimas inocentes de uno de los tantos conflictos que sacuden el planeta.